«Hay que incentivar que la gente se jubile más tarde, a los 66 o 67 años»

ECONOMÍA

14 jul 2009 . Actualizado a las 21:11 h.

Octavio Granado cerró ayer, antes del descanso estival, el ciclo de conferencias del Colegio de Economistas de A Coruña con motivo de su 30 aniversario.

-Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población y la caída de las cotizaciones, ¿está asegurado el sistema público de pensiones?

-Las pensiones están aseguradas por ley desde hace muchos años, algo que, por ejemplo, Alemania acaba de aprobar. Y pese a la crisis económica, que afecta al empleo, la base de nuestros recursos, vamos a acabar el año con superávit. En Francia se calcula que puede acabar con un déficit de 30.000 millones

-¿Con superávit?

-Sí. De todos los ámbitos económicos, probablemente la Seguridad Social es el que mejor salud financiera presenta.

-Reformulando la pregunta. ¿Por cuánto tiempo están garantizadas las pensiones?

-Si somos capaces de realizar las reformas precisas, el sistema va a estar asegurado siempre. Tenemos un fondo de reserva de 60.000 millones de euros que nos permite un colchón para 7 u 8 años para garantizar que las reformas no se hagan de forma traumática.

-Hay colchón, pero ¿urge entonces una reforma?

-Creo que las reformas son imprescindibles, pero no urgentes. Sí lo serían si entendemos que al hacerlo con urgencia se llevarán a cabo de forma suave y moderada, y en la Seguridad Social, cuanto más suave sea cualquier reforma, mejor. ¿Reformas urgentes por la crisis para poder pagar las pensiones? No.

-¿Y por dónde ha de ir esa reforma?

-Irá en el sentido de asegurar los ingresos del sistema, garantizar que los gastos vayan en proporción a los ingresos y que la equivalencia entre lo cotizado y la pensión que se percibe sea lo más perfecta posible. También en que la edad de jubilación tienda a la media de los 65 años. Sabemos que algunos se retirarán antes por realizar trabajos tóxicos o peligrosos, pero tenemos que incentivar que la gente se jubile voluntariamente más tarde, a los 66 o 67 años, para percibir una mejor pensión. Y hay que reducir el uso, el abuso diría yo, de las prejubilaciones.

-¿Y retirarse a los 70 años, como propone Funcas?

-No me parece una edad conveniente. Más que hablar de jubilarse a los 70 lo hay que intentar reducir la horquilla de jubilación. Funcas es una fundación de las cajas de ahorros, y el sector bancario es uno de aquellos en los que la gente se jubila antes, en muchos casos como despidos encubiertos. Parece un contrasentido que le exijamos a la gente que retrase cinco años su edad para retirarse del mercado laboral para permitir así que en otros sectores se pueda hacer cinco años antes.

-Más años de cotización para obtener una pensión. ¿Puede ir por ahí también la reforma?

-No podría expresar una postura concreta, debería acordarse entre el Gobierno y los agentes sociales. En todo caso, creo que nuestro sistema a quien peor trata es a los despedidos. Hay casos de personas que tienen una alta cotización y que tienen la mala suerte de ser despedido a los 50 años y que se jubilan con una pensión muy pequeña; y otros que en los últimos años de su vida laboral cotizan mucho, al contrario que a su inicio, y por ello perciben más. Hay que buscar una fórmula que permita que se cobre una pensión lo más correspondiente posible a lo cotizado.

-¿Qué le diría a quien hoy, con 25, 30, 35 años, crea que no va a cobrar una pensión?

-Le diría que una de las instituciones que van a permanecer es el sistema de pensiones. Y que estuviera tranquilo, tengo pocas dudas: pase lo que le pase habrá un sistema de protección social que le va a proteger.

-¿Y complementar las pensiones con planes privados?

-Si una persona en su vida activa cobra 3.000 euros, la pensión máxima son, más o menos, 2.000 euros. Si quiere vivir durante su jubilación igual que cuando estaba trabajando, o ahorra, o invierte o tiene que hacer un plan de pensiones. ¿Es mejor o peor? En la actual coyuntura yo personalmente creo que, frente al sistema de ahorro para tu pensión futura, aguanta mejor el sistema de reparto, el español, en el que yo pago la pensión de mi padre y mi hijo pagará en un futuro la mía.