La Xunta renueva el interés de Ence y Jove por abrir una papelera

Miguel Á. Rodríguez

ECONOMÍA

El fracaso de financiar la operación a través del concurso eólico deja fuera a Jacinto Rey y acerca a Caixa Galicia

08 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Miembros del Ejecutivo gallego han mantenido en los últimos días contactos con el presidente de Ence, Juan Luis Arregui, y con el empresario gallego Manuel Jove (Inveravante) para pulsar el interés de ambos socios por recuperar el proyecto de traslado de Ence. El contacto se produce una vez que se frustró el intento de financiar la operación a través del concurso eólico, mediante la sociedad Inveravan Gestión de Inversiones, participada por Ence, el propio Manuel Jove y los empresarios Jacinto Rey (Grupo San José) y Epifanio Campo (Cerámicas Campo).

El máximo responsable de Ence renovó su interés por continuar las gestiones para conformar un nuevo grupo papelero gallego, una opción que tampoco habría sido eliminada de la cartera de proyectos de Jove. La Xunta quiere adelantar el traslado del complejo de Lourizán, cuya concesión caduca en el año 2018, y cerrar el ciclo productivo papelero. El presidente gallego ya anunció, tras conocer el resultado del concurso eólico, que seguiría intentando hacer viable la operación.

La inversión está valorada por encima de los 500 millones de euros. De este nuevo intento podría descolgarse definitivamente el presidente de San José, grupo que atraviesa un delicado momento financiero y al que le fueron admitidos a trámite 142 megavatios eólicos, a título individual, en el concurso de la Consellería de Industria. En el caso de Epifanio Campo, su implicación quedaría siempre a expensas de una decisión personal. Si la iniciativa cuaja, la Xunta sigue sin descartar la incorporación de nuevos accionistas, entre los cuales sería factible la aparición de un socio financiero de referencia.

El propio Ejecutivo autonómico había mostrado interés por sumar a Caixa Galicia en este plan industrial. El presidente de la primera entidad financiera gallega, José Luis Méndez, presidió Ence entre el 2001 y el 2006 y es un gran conocedor tanto del grupo pastero como de su proyecto gallego.

El principal problema pasaría ahora por localizar vías de financiación, una vez que el sector eólico ha quedado atrás. El proyecto presentado por el grupo de empresarios gallegos al concurso abierto por Industria fue uno de los peor valorados entre el centenar de sociedades que superaron el corte inicial. Fallos técnicos, según la Xunta, motivaron esa baja puntuación, que en la práctica esfuma cualquier posibilidad de acceso a nuevos parques por parte de Inveravan Gestión de Inversiones.

Sin embargo, tanto Arregui como Jove creen en la rentabilidad del cierre del ciclo productivo del papel en Galicia, asociado a producciones específicas de derivados. El actual presidente de Ence, que asumió el cargo en el 2006, se encontró sobre la mesa el proyecto diseñado por el equipo de Méndez para montar una papelera en Galicia. Desde entonces, según estos días le habría constatado a la Xunta, la idea no ha sido abandonada.

Ence produce en Lourizán más de 423.000 toneladas anuales de celulosa de eucalipto libres de cloro. La factoría genera 270 empleos directos y 1.200 inducidos. El traslado del complejo y la creación de una planta de producción de papel no implicaría un volumen de creación de empleo elevado. Sin embargo, la Xunta considera que se trata de una inversión «estratégica». Además, el adelanto del traslado de Ence figuraba en los últimos programas electorales del PSOE y del BNG, los dos socios del Gobierno gallego.

Aunque nunca se llegó a determinar una posible ubicación para la nueva papelera, fuentes del Ejecutivo autónomo admitieron que una de las opciones viables podría ser el municipio de As Pontes. También se especuló con la posibilidad del entorno del puerto exterior de Ferrol, e incluso con el municipio de Cerceda. Los tres en la provincia de A Coruña.

El equipo de Arregui controla en la actualidad el 22,1% del accionariado de Ence, mientras que los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer poseen otro 21%, a través de la sociedad Alcor. La compañía ya no posee en la actualidad ningún accionista gallego ni portugués, y el tercer socio de referencia es la asturiana Cajastur, con un 5% del capital social. En el 2007, el grupo facturó 637 millones en ventas.