Las industrias lácteas y los ganaderos manifestaron ayer su voluntad para acordar un modelo estable de precios en origen mediante un contrato homologado. A los sindicatos agrarios les sirve la propuesta planteada por la Xunta en la Mesa do Leite, celebrada ayer en Santiago, pero las empresas transformadoras pidieron un plazo de dos semanas para presentar alegaciones a esta fórmula, que ya conocían desde el pasado mes de julio.
A pesar de que ayer se acercaron posturas, la diferencias entre las partes siguen siendo grandes. La industria rechaza que en el contrato homologado se haga referencia concreta a precios y advierte de que Competencia -como hizo ya hace tres años- podría invalidar el modelo, al incurrir en prácticas contrarias a la ley. Medio Rural, por su parte, asegura que la fórmula que ha planteado es perfectamente legal porque no implica pactos de precios y recuerda, en este sentido, que en el sector vitivinícola ya existe un sistema parecido. El departamento que lidera Suárez Canal sostiene que se trata de un modelo para la estabilidad de precios en la que estos fluctúan en función de variables objetivables, planteamiento que respalda el sector ganadero gallego y que ya opera en Francia. Los productores, por su parte, no están dispuestos a aceptar una fórmula de contrato de las industrias que invalide la estabilidad de precios.
Pese a las discrepancias entre las partes, Suárez Canal, al término del encuentro, calificó la reunión de «muy positiva» y mostró su confianza en que el próximo día 22 se de un nuevo paso para llegar a un acuerdo definitivo. Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), apoyó ayer la existencia de un contrato, pero pidió que «se estableciese por igual en toda España», lo que juega en contra del modelo propuesto por la Xunta.