La principal ejecutiva en España del gigante reconoce que en Galicia existe un atraso tecnológico, pero argumenta que no es mayor que el de otras zonas España
15 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Con más de 20 años de experiencia en la industria de las tecnologías de la información, Rosa María García se incorporó a la compañía que ahora preside en 1991. Es licenciada en Matemáticas y ha tenido una carrera fulgurante.
-Algunos informes dicen que España es todavía un país machista porque la mujer no promociona a puestos directivos...
-En mi sector ya han cambiado las cosas. En IBM hay una presidenta. Y en Google también estuvo otra. -Acaban de cumplir veinte años en este país. ¿Qué ha cambiado desde entonces? -Ahora nos ven fuertes, pero yo recuerdo a una Microsoft muy chiquitita, con una decena de empleados. No nos recibían en las empresas. Y nos preguntaban quiénes éramos nosotros. Ahora recogemos los frutos del sueño de Bill Gates, nuestro fundador. -¿Y cuál fue? -Democratizar la informática. Hace 33 años, los ordenadores eran máquinas aisladas en habitaciones de señores listísimos de bata blanca. Algo muy alejado de la sociedad. Los demás estábamos con manguitos, máquina de escribir y calculadora. -¿Y cómo se ha democratizado la informática? -Con un sistema fácil, para que las personas los puedan usar sin mucho esfuerzo. Segundo, con un precio asequible. Y tercero, creando redes con empresas de distintos países para distribuir la tecnología. Hay que darle las gracias a Bill Gates. -¿Sabe que Galicia sigue siendo un país tecnológicamente muy atrasado? -Por supuesto. En esta autonomía hay un 50% de hogares que carecen de ordenador. Y cuando les preguntamos por qué no lo tienen nos dan dos respuestas. Y una no es el precio. La primera se relaciona con la capacitación del usuario, que lo ve difícil. Y la segunda se centra en el interés. Existe gente a la que no le resulta atractivo lo de los ordenadores e Internet. Nosotros estamos trabajando en esa línea, en las zonas más desfavorecidas, con los ancianos, con los profesores. Y, sobre todo, con la pequeña empresa. -Ahí sigue habiendo mucho atraso, ¿No? -Bastante. Muchos negocios, en esta etapa de bonanza, iban bien con sus mercados próximos. Y pensaban que lo de la tecnología no les iba a ayudar mucho. Yo les decía entonces que invirtiesen en estos productos. Y me miraban con caras raras. El modelo tradicional ya no sirve: hay que competir y salir fuera, pero el atraso tecnológico no es un problema exclusivo de Galicia sino extensible también al resto de España. La pyme, cuando piensa en un ordenador, ve un aparato que sustituye a la máquina de escribir o la calculadora. -¿Y qué debería ver? -Algo que permite innovar y mejorar. Cuando hablo de innovar no me refiero a ponerse una bata blanca. Si tienes un bar puedes lograr que los camareros sirvan las mesas más rápido. -Al parecer tampoco somos un modelo de productividad. Pasamos muchas horas en el trabajo sin obtener el rendimiento apropiado... -Los horarios laborales que tenemos son horribles. El empresario debe fomentar el trabajo en casa y el empleado ha de responder a esa oportunidad. Son dos cambios culturales. El que se queda más tiempo en la oficina no es mejor trabajador. -¿Cómo va lo de la multa que les ha impuesto Bruselas?. ¿Temen que la sociedad piense que son unos abusones? -En absoluto. La gente debe entender que con Bruselas hay una polémica sobre lo que la UE consideraba un precio justo sobre nuestra propiedad intelectual. Nosotros lo fijamos. Y ellos entendieron que era más alto del debido. Microsoft todavía no ha decidido si recurrirá: lo está estudiando.