El próximo miércoles 3 de octubre, el grupo portugués Enersis inaugurará el primer parque de olas del mundo, central así denominada porque las máquinas aprovechan energía de las ondas marinas para convertirla en electricidad. Las tres primeras estructuras cilíndricas, ideadas por la firma escocesa Ocean Power Delivery (OPD) y llamadas Pelamis, ya están fondeadas a cinco kilómetros de la costa de Aguçadora, localidad diez kilómetros al norte de Póvoa. Serán explotadas por la Companhia de Energia Oceânica dentro del proyecto denominado Okeanós.
Proyecto en Galicia
Tras meses de montaje y pruebas en el puerto luso de Peniche, Enersis pone en marcha una novedosa tecnología por la que se han interesado firmas gallegas. Norvento, que posee un proyecto de instalación frente a la Costa da Morte, se mantiene al tanto de la evolución del Pelamis. Y la propia OPD, con sede en Edimburgo, suministrará cuatro máquinas a Scottish Power para el primer parque de energía de las olas del Reino Unido.
La instalación del norte de Portugal tiene una potencia de 2,25 megavatios y, conectada a la subestación de Aguçadora, suministrará energía a más de 1.500 hogares. Rui Barros, ingeniero responsable de Enersis, no oculta que ha habido dificultades para convencer a la gente de la viabilidad de un proyecto que arrancó en el 2003, pero tras ver las máquinas en Leixoes y su puesta en marcha arranca una forma ecológica de producción eléctrica y una tecnología pionera en el mundo que podrá competir con los parques eólicos y aun superarlos, pues podrían obtenerse potencias muy superiores. Además, en el Atlántico siempre hay olas.
Los cilindros flotantes, de 142 metros de largo y 3,5 metros de diámetro, servirán de demostradores para avanzar en la fase comercial del proyecto. Los planes de Enersis pasan por abrir una fábrica de Pelamis e instalar varias decenas de ellos en lugares de la costa lusa donde no entorpezcan la navegación o las actividades pesqueras. El de Aguçadora está previsto con 28 máquinas para generar 24 megavatios. Enlazadas entre sí, con forma de serpiente, ocuparán un kilómetro cuadrado sobre el mar, conectándolos con un cable submarino a la red eléctrica costera.