El Lalín se congració con el gol y la victoria frente al Betanzos

J. B. LALÍN / LA VOZ

DEZA

07 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Goles: 0-1: min 25 David Soares; 0-2 min 35 Eduardo; 1-2: min 53 Felipe.

Árbitro: Arias Pena (colegio de Ourense). Amonestó con tarjetas amarillas a los locales Cardelle, Álex Álvarez y Mon, así como a los lalinenses Antonio, Nacho y Canutas.

Guillermo, Guille, Chiqui, Cardelle, Muiña, Michi Leal, Marcos, Álvaro (Álex Álvarez, min 77), Felipe, Xoel (Mon, min 46) y Bouza

Pedro, Suso, Gustavo, Antonio, Rubén Méndez, Toño, Fernando (Nacho, min 66), Eduardo, David Soares, Iván González (Manu, min 65) y Matelo (Canutas, min 68)

Dicen que la fortuna tiende a repartirse. Si el sábado el C.D. Lalín hizo méritos para cosechar en su casa algo más que una derrota contra el Fabril, ayer conseguía un triunfo en el campo del Betanzos que peligró en la recta final del partido. Casi una final, en especial para los visitantes, ya que ambos conjuntos marchan en la parte baja de la tabla. Pero la suerte se alió por una vez con el conjunto que entrena Javier Oreiro y los tres puntos fueron «lalinenses».

El partido arrancó como quería Oreiro. Una defensa agresiva para robar cuanto antes el balón al rival y montar el contraataque. La fórmula funcionó a la perfección, con dos contragolpes materializados en apenas diez minutos que se convertían en un bálsamo para el Lalín, dada la sequía goleadora de esta temporada. Además se dio la feliz circunstancia de que David Soares volvía a ver puerta, logrando el 0-1, para conseguir el segundo el debutante Eduardo, un juvenil de primer año de tan solo dieciséis años, que fue titular y disputó los noventa minutos de juego. Una alegría para jugador y técnico, demostrando que la cantera tiene futuro.

Durante esa primera parte tuvieron ocasiones para sumar algún gol más, sin que el Betanzos consiguiese inquietar la meta defendida por Pedro. Cambió el escenario en la reanudación, con los locales dispuestos a recortar diferencias dada la importancia del choque. Además, el Lalín perdió algo de fuelle en esta atípica jornada en martes y con poco tiempo de recuperación tras el anterior partido.

En el minuto 53 en una jugada extraña con una lesión del portero llegaría el tanto del Betanzos y comenzaría el particular vía crucis lalinense hasta el pitido final. Fue más de media hora de presión intensa de los locales, con balones directos al área de Pedro y algunas ocasiones que no cuajaron en gol. «Lo pasamos mal, nos quedamos sin fuerzas pero tuvimos ese poco de fortuna que nos faltó otras veces», sentenció Oreiro, tras conseguir un triunfo que puede suponer un punto de inflexión.