Las mujeres inmigrantes protagonizan ya el 17% de las interrupciones de embarazo que se realizan en la provincia. El número de abortos, aún siendo significativo, distan todavía mucho de la media nacional, que en el caso de la Comunidad de Madrid, alcanza el 50% de las intervenciones.
A falta de una estadística oficial, los datos fueron facilitados por una de las dos únicas clínicas privadas que operan en la provincia y que están localizadas en la ciudad de Vigo. Según el centro médico, casi dos de cada diez embarazadas que acuden a consulta son de nacionalidad extranjera.
El mayor número de mujeres inmigrantes son de procedencia europea. El año pasado la clínica realizó 59 intervenciones a portuguesas. El segundo grupo más numeroso es el de rumanas, con 13 interrupciones voluntarias. Se practicó también un aborto a una ciudadana griega y a una italiana.
La mujeres latinoamericanas suponen el 7,82% de las intervenciones. Las brasileñas, con un 23%, son el grupo más numeroso de la población americana. El 15% procedían de Paraguay. La clínica atendió también a ocho ciudadanas colombianas. El año pasado solo se practicaron en este centro dos abortos a asiáticas y dos a mujeres africanas.
Informe asistencial
Muchas de las ciudadanas extranjeras que acudieron a la clínica privada fueron enviadas por los centros públicos de planificación familiar. En torno a un 30% de las intervenciones que se realizan anualmente recibieron información a través del sistema público, aunque fueron las propias afectadas quienes tuvieron que correr con los gastos de la operación.
«Los centros de planificación familiar de Santiago, Vigo o Lugo nos tienen enviado gente -explica un doctor de la clínica viguesa-. Les dan una tarjeta de nuestro centro y les dicen que allí pueden abortar». «La mayoría no quiere acudir a la pública -el Xeral Cíes o el CHOU- porque tardan demasiado en darles cita y en un embarazo cada semana es vital».
Las asistentes sociales, conscientes de los problemas que atraviesa la población inmigrante, facilitan a menudo un informe a las embarazadas para que entreguen en la clínica. «Nos adjuntan un informe describiendo las circunstancias sociales y económicas de estas mujeres y nosotros les realizamos un rebaja del 30% en el coste de la intervención», asegura el doctor.