Una discutible decisión arbitral aparta de la prórroga a un Lugo muy superior al Murcia
30 may 2011 . Actualizado a las 19:45 h.¿Perdió el Lugo la eliminatoria, o el Murcia todo el tiempo del mundo con la indulgencia arbitral? En la segunda parte, los rojiblancos acorralaron a los pimentoneros, y estos lograron que se disputaran muy pocos minutos de juego, de tanta interrupción, tanta lentitud. Incluso se le anuló a los lucenses un gol que hubiese supuesto la prórroga, ya en el descuento. Ganó el Lugo el encuentro, y a la italiana, los murcianos el ascenso a la Segunda A. A los de Setién les queda otra oportunidad. A ella han de aferrarse, levantarse sin tiempo para pensar en el garrotazo sufrido ayer.
El Lugo tenía como aliado a una afición entregada. El Murcia, al cronómetro. El tiempo se deslizaba cuesta abajo acompañando a los visitantes, lo que acabaría por desquiciar a una hinchada ejemplar que no cesó en su grito de «¡sí se pode!».
Al Lugo le interesaba conjugar pausa y velocidad. Pero no lo lograba porque al Murcia nunca le interesó que diese más de dos pases seguidos, con una consigna: ahogar sus pulmones. Y lo sufriría en sus carnes, más que ninguno, Marcos. Cada vez que le llegaba el balón al de Marín, dos rivales aparecían para ocultarle el horizonte.
La presión visitante no aflojaría hasta la segunda mitad, cuando la cambiaron por entorpecer con todas las trampas posibles la fluidez local. No dejaban ni un milímetro de libertad en sus marcajes. Afortunadamente, Escalona no sufrió, y solo llegaron a balón parado.
Al Lugo le costaba demasiado crear peligro. Llevaba la iniciativa, algo que tampoco le importaba a su adversario, pero no encontraba huecos. Había una enorme distancia entre los dos mediocentros y la línea de cuatro que se formaba arriba, que no se solucionaría hasta la segunda parte, cuando Pita se incrustó entre líneas y se aprovechó de la vigilancia a Marcos.
Y para colmo, la aventura de Monti, con problemas físicos durante toda la semana, duró medio tiempo. El argentino sólo pudo aguantar una parte, en la que ofreció movilidad y entrega sin fin, pero lo doblegó la fuerza con la que le entraban al choque sus pares. El que más lo sufría era Azkorra, una isla a la que no viajaba un solo balón en condiciones en zona de peligro. Al descanso, decidió Setién colocar a Iván por el media punta argentino.
La magia del gol
Pero hay una magia en el fútbol que lo convierte en un deporte especial. Se llama gol, puede surgir en el momento más inesperado, e inflamar el ánimo más decaído. Da igual si es en una acción elaborada, o si se saca petróleo de un balón aislado, como hizo Tornero al poco de comenzar la segunda parte. El que más voluntad le puso, enganchó una volea a la media vuelta en el pico del área que se incrustó en la red. Sí, un golazo; sí, nacido de la nada. Pero le dio al Lugo la tan necesaria pausa.
A partir de ahí, se merendó a un Murcia empequeñecido, entregado al más puro y duro catenaccio. A lo que se unió el árbitro, y sus decisiones discutidas. Porque tras el gol, los pequeños detalles se inclinaron siempre del lado visitante. «¡Manos arriba, esto es un atraco!», gritaba el público.
El palo más duro
El palo más duro aguardaba en los cinco minutos de descuento. En un barullo en el área pequeña, Ballesteros que como prometió, salió a comerse el mundo en el tramo final, impactó con la pelota justo delante del portero. El balón acabó en la red. El árbitro dijo que no habría prórroga. Garrotazo en la nuca a un Lugo que ya veía la luz del ascenso.
Goles: 1-0, min 52, Tornero.
Árbitro: Ricardo de Burgos, del País Vasco. Mostró amarillas a los locales Pita, Tornero, Azkorra, Arroyo, Belfortti, Cristóbal e Iván González; y a los visitantes Alberto, Pedro, Chando, Amaya, Luciano e Isaac.
Incidencias: Casi lleno, unos 5.000 espectadores en el Ángel Carro. Con alrededor de 500 murcianos.
Escalona, Cristóbal, Manu (Ballesteros, min 82), Belfortti, Víctor Marco, Marcos, Pita, Tornero (Yago, min 64), Arroyo, Monti (Iván, min 46) y Azkorra
Alberto, Gago, Óscar, Amaya, Luciano, Aguilera, Richi, Isaac, Pedro (Aquino, min 76), Quique (Cámara, min 64) y Chando (Cañadas, min 80)