La Xunta endurece la normativa

redacción / la voz

DEPORTES

Capturar reos y salmones será más complicado la próxima campaña

18 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Pescar reos y salmones será un poco más complicado la temporada que se abre esta primavera. La orden que regula la pesca fluvial eleva la talla mínima de los reos de 30 a 35 centímetros, y limita la eficacia de los señuelos artificiales para la captura de salmones, y reos y truchas que compartan aguas con ellos, a partir del 1 de julio: solo se podrán emplear aquellos que lleven un anzuelo simple (los peces artificiales de serie actuales montan dos triples y los populares riscos engarzan un triple de mayor tamaño). También desciende ligeramente el número de salmones autorizados: 8 en lugar de 10 en el Lérez, y 35 el vez de 50 en el Ulla. Como es habitual, la consellería no ha explicitado el criterio que la lleva a estas medidas y los pescadores han de intuir que han sido dictadas a la luz de la sostenibilidad.

Con leves altibajos, las cifras de capturas de reos han ido descendiendo hasta el punto que el pasado año situaron la cota en el nivel más bajo de la década, con 1.251 ejemplares sometidos al control de los guardarríos. Pero peor es la situación de la población de salmón atlántico que habita en las cuencas gallegas, cuyo panel de control tiene las luces rojas de peligro encendidas desde hace años. El efecto sobre la evolución del número de licencias de pesca tramitadas es indudable: de manera lenta pero inexorable parece haber iniciado hace años un repliegue hasta acercarse a las 50.000, casi la mitad de la registrada hace años.

La campaña de la trucha se abre, con carácter general, el 20 de marzo y se cierra el 15 de agosto; la de reo y salmón será el 1 de mayo, pero si en el primer caso concluye el 15 de septiembre, en el segundo expira cuando se vayan alcanzando los cupos asignados a cada cuenca.

Excepciones

Las excepciones de la normativa prolongan hasta el 30 de septiembre la captura de reos en determinados cotos y la de trucha en los tramos de pesca sin muerte, y levantan la veda truchera el 1 de mayo en las cabeceras de los ríos de montaña y en aguas habitadas por reos y salmones.

La talla mínima de los salmones se mantiene en los 40 centímetros y su captura sigue siendo de un ejemplar por pescador y día, y la de las truchas sigue en los 19 centímetros con carácter general y una cuota máxima diaria de diez ejemplares por pescador, con algunas excepciones. De la docena de cotos en los que estaba autorizada la captura de ejemplares de 17 centímetros se han caído cinco (A Veiga, Forcarei, Lalín, Rodeiro y Rubín) y se mantiene en siete: A Ulloa, Doiras, Monterroso, Muras, Negreira y Vilarraso.

En el capítulo de restricciones -en el que persiste el lunes como día inhábil para la pesca, y el jueves en el caso de los tramos acotados- son contadísimos los descensos en el número de permisos diarios disponibles, más allá de las aplicadas al río Cancelada, en el municipio de Cervantes. Sí son apreciables, sin embargo, los cambios registrados en el anexo de aguas vedadas, al que se incorporan alrededor de una veintena de tramos fluviales, varios de ellos en las comarcas próximas a la Costa da Morte. Y la relación de espacios de pesca sin muerte en aguas libres crece en alrededor de una docena. Permanece inalterable la lista de masas de agua en las que está prohibida la pesca con cebo natural a partir del 1 de julio.