El nuevo entrenador y el club no habían llegado a un acuerdo de renovación en junio
13 ene 2011 . Actualizado a las 12:16 h.Siete meses después de su contratación, el Montañeros prescindió de su entrenador Abraham García y recuperó al técnico que le precedió, José Ramón González. El equipo es ahora duodécimo con 24 puntos, a dos de los puestos de promoción de descenso y a doce de los que dan derecho a disputar el ascenso a Segunda. El tándem Cuéllar-Manjarín fue otra de las opciones barajadas.
Abraham lamentaba «la falta de tiempo para terminar lo que se empezó y de confianza por parte del que dirige el club». «El equipo reaccionará, sea con el entrenador que sea», añadió. Insiste en que la línea de trabajo era correcta. Con respecto a su sustituto, dijo que «supo jugar sus bazas y volver al sitio donde estaba, pero se produce con ello una contradicción absoluta, porque si el club tenía confianza en él, se habría podido ahorrar esta situación con su renovación en verano». «He sido exigente, pero he tenido mucha mano izquierda con las peculiaridades del club», resumió. Eximió a sus futbolistas de la responsabilidad directa de su despido: «Los valoro mucho, no dudo de su calidad y profesionalidad, pero habría que atender al rendimiento».
José Ramón también se mostró sorprendido con su repentina contratación, tras no haber renovado en junio. «Cuando uno se va es siempre por algún motivo; yo aposté fuerte, pensé que iba a tener un equipo, incluso de superior categoría», explica. «Ahora, me la juego, porque no estoy en pretemporada, las cosas tienen prisa y quizás haya que buscar atajos e ir a lo más efectivo», añade. «La ventaja es que conozco bien a los jugadores y ellos me valoran», concluye.
El presidente, Fausto Vázquez, argumentó: «Es normal que Abraham esté dolido, pero las cosas no estaban saliendo, el equipo no funcionaba y había que buscar un cambio». «Para que haya fichajes tendrá que haber salidas», dijo.