Óscar Pereiro: «¿Pero Urco no era yo?»

Mariluz Ferreiro REDACCIÓN/LA VOZ.

DEPORTES

Uno de los apodos sin identificar de la operación Puerto corresponde a Marta Domínguez y no al ciclista gallego, como habían apuntado algunos «rumores sin fundamento»

04 ene 2011 . Actualizado a las 10:22 h.

Era una sombra. La de la sospecha. Pero tenía un nombre. Urco. Cuatro letras que formaban una de las referencias sin identificar halladas en los documentos y el material de Eufemiano Fuentes en la operación Puerto. Un apodo sin propietario oficial. Algunos señalaron a Óscar Pereiro. Al diario italiano Il Giornale incluso le costó una denuncia por parte del ciclista. Pero Urco era Marta Domínguez. El diario El Mundo publicó ayer que esa era la marca de dopaje de la atleta desde el 2006 y que en la agenda de Eufemiano Fuentes figuraba al lado del número de teléfono de la palentina. Un dato que sigue estrechando los lazos entre la operación Puerto y la operación Galgo. Y que libera a Pereiro de un nombre maldito.

«¡Ah! ¿Pero Urco no era yo? Vaya decepción», bromea Pereiro. Para él, ya retirado del ciclismo profesional, «esta revelación no es un alivio, es la prueba de que muchas veces se habla por hablar, de que se propagan rumores sin ningún fundamento». Recuerda la primera vez que escuchó la historia. «En una concentración un compañero de equipo me dijo que lo había visto por ahí. Pero pasé de entrar en esas cosas. Aluciné, pero pasé de todo, porque no era yo y estaba tranquilo», comenta. Hasta que un diario italiano lo implicó en la operación Puerto con el argumento de que su perro se llamaba Urco. «Entonces decidí denunciarlo. Puse una demanda. Presenté la cartilla del perro con su nombre verdadero. El proceso sigue abierto. Hubo alguna negociación interna para ver si llegábamos a un acuerdo, que incluiría una rectificación en la primera página y en el interior del periódico y una compensación económica. Pero dije que no, que no tenía nada que perder. Así sabía que nadie iba a tocar mi nombre hasta que me retirara», señala. «Además, fue una falta de respeto enorme hacia mi perro, al que le cambiaron el nombre», añade entre risas.

Algunos apuntaron hacia Pereiro con otra teoría. El Urco es una figura de la mitología gallega. Un perro de enormes proporciones que llega del mar con malos augurios. Así se intentaba buscar encaje a una de las piezas sueltas de la operación Puerto. Más rumores que empañaron la imagen del corredor. «Sé que me perjudicó para que me reconocieran como ganador del Tour de Francia después del positivo de Floyd Landis. Un poco antes de la Dauphiné del 2007 hubo presión por parte del Caisse d'Epargne para que se le diera oficialidad al triunfo. Pero en la organización del Tour temían otro escándalo por dopaje, por eso en la contrarreloj de Londres que abrió la carrera en aquel año no salí de amarillo y no lucí el dorsal número 1», explica.

Los ciclistas siempre han sostenido que la operación Puerto no solo salpicaba al pelotón. «No era un bulo. En las imágenes que emitían en los telediarios con los papeles de Fuentes se leía: Campeonato de Europa. Cualquiera sabe que en el ciclismo no se disputan europeos. Era una prueba de que había otros deportes», dice Pereiro. «Esto no es exclusivo del ciclismo ni del atletismo. Hay muchas disciplinas en las que se necesita estar al límite y siempre hay gente dispuesta a atajar para llegar a meta. Sucede en el deporte, en la vida y, seguramente, pasará también en el más allá», agrega.

Pereiro, que se recupera de una gripe, piensa en su próximo partido con el Coruxo B y en la Titan Desert. No se detiene. Pero el Urco ya no lo persigue.