Levon Kendall, un Da Vinci en las filas del Obradoiro

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO/LA VOZ.

DEPORTES

Es pívot internacional con Canadá, antropólogo, pianista de oído, aprendiz de pintor, defensor del reciclaje...

09 dic 2010 . Actualizado a las 19:44 h.

El Obradoiro fichó en verano al pívot internacional canadiense Levon Kendall por sus cualidades defensivas. Sus emparejamientos con rivales de la talla del brasileño Thiago Splitter, el lituano Linus Kleiza o el alemán Dirk Nowitzki hablan de un jugador mucho más rocoso de lo que su aspecto parecía indicar.

Lo que no conocía el Obradoiro era el carácter polifacético del espigado baloncestista, aunque empezó a sospecharlo desde el primer día. El entrenador, Moncho Fernández, le preguntó si hablaba español. Y la respuesta fue un «todavía no» que se quedó corto, porque apenas tres meses más tarde ya se maneja con el idioma de Cervantes. «En Vancouver aprendí francés, y son bastante parecidos», se justifica.

Quienes tecleen en un buscador de Internet el nombre de Levon Kendall y la canción Angel of mine se encontrarán una interesante interpretación del pívot al piano. De nuevo se quita méritos: «Es una canción que me gusta, pero tengo más. Esta se la envié a una chica y fue ella quien la colgó en la Red».

Lo más curioso es que Kendall toca de oído y tiene serios problemas para interpretar una partitura. En su casa, desde pequeño, escuchaba a su padre y pronto descubrió que alojaba un talento natural para la música. Realmente, siempre vivió cerca de algún teclado: cuando era niño, mientras estudió la carrera de antropología en Pittsburgh («me gustan las culturas y las gentes») y cuando se adentró en el baloncesto profesional.

En Santiago está descubriendo otro talento, el de la pintura. Al ver que no había cuadros en el piso en el que reside, optó por hacerlos él mismo. Y le está gustando la experiencia.

Más difícil le resultó proveerse de gusanos para reciclar restos orgánicos y lograr compost. Pero encontró ayuda en la Red, contactó con una firma de Ourense y enseguida puso en marcha el proceso. Es una práctica habitual en su casa de Canadá. «Las gardenias están preciosas», comenta. Aquí sigue produciendo abono, y lo regala.

Levon Kendall se confiesa encantado en el equipo y también en la ciudad. «La gente es muy acogedora aquí». Y su gran descubrimiento ha sido la plaza de abastos: «Voy dos veces por semana. Hay vegetales y productos frescos muy buenos. Me encanta cocinar». Y leer, y...