La mejor pívot del mundo es gallega

Juan Villar

DEPORTES

La viguesa Begoña Fernández, en el siete ideal del Mundial de balonmano que ayer finalizó en China

22 dic 2009 . Actualizado a las 12:13 h.

Hace un año la jugadora viguesa Begoña Fernández era elegida como la mejor pívot del Campeonato de Europa de balonmano femenino. Recibía la noticia emocionada minutos después de que la selección española hubiese conseguido la medalla de plata en el torneo.

Ayer concluyó el Campeonato del Mundo en China y de nuevo la jugadora del Itxako Navarra salió elegida dentro de equipo ideal del torneo como la mejor pívot del mundo. Sin embargo no recibió la noticia con la misma alegría, sino que acusaba la decepción de que España se había quedado sin medalla al perder la final de consolación frente a Noruega. «Recibir un premio de ese tipo es algo que siempre te llena de orgullo, pero en realidad estoy tristona, igual que el resto de compañeras, porque tenemos la sensación de que podíamos haber hecho más para conseguir medalla».

Ni siquiera ese galardón personal ni el hecho de que la selección haya alcanzado su mejor clasificación en un Mundial, con la cuarta plaza, sirve de consuelo: «Somos ambiciosas y te fastidia. Hoy no hemos estado a la altura», lamentaba la gallega pocas horas después de haber perdido frente a Noruega.

Marcajes pegajosos

En cualquier caso Begoña Fernández tiene que estar satisfecha de la labor que realizó. En la pista se demostró que los combinados nacionales más potentes temen sus cualidades, y todos los rivales organizaban una defensa con ayudas para evitar que la viguesa recibiese el balón con facilidad.

«Es verdad que se han fijado más en mí, seguramente debido a que había hecho muy buen Europeo, y he notado que me han marcado con fuerza y más de cerca, pero si quieres estar entre las mejores tiene que pelear en estas situaciones, y verlo desde el punto positivo de que podían quedar más huecos para mis compañeras», indicó.

Ayer Begoña marcó tres goles y provocó varios penaltis. Siempre tenía a tres rivales encima tratando de que no encontrase espacios. Y aún así a base de fuerza ha sido capaz de encontrar espacios para sí misma y para el resto del equipo.

Tiene que regresar con la satisfacción del deber cumplido, aunque sea sin medalla, y le toca empezar a labrar un nuevo sueño para sacarse la espina a nivel colectivo y reafirmarse a título individual, con los Juegos Olímpicos de Londres de dentro de dos años y medio.

«Una Olimpiadas es una de las pocas cosas que me quedan por jugar. Nos quedamos injustamente fuera de Pekín en el 2008 y ahora tenemos que trabajar duro para estar en Londres, sería muy bonito, pero eso aún queda muy lejos», declara Begoña.

A sus 29 años está en la cima del mundo y en la cúspide de su carrera, pero le queda cuerda para rato, aunque ya hace once años que abandonaba Galicia para fichar por el Osito, el mejor equipo español del momento.