El Dépor tiene un color especial

Rubén Ventureira

DEPORTES

La presión blanquiazul asfixió a un conjunto hispalense que jamás llegó a estar cómodo en un irregular Riazor

18 oct 2009 . Actualizado a las 15:03 h.

Con un certero planteamiento táctico de Lotina y Ribera, ejecutado con disciplina militar por unos jugadores que desparramaron decenas de litros de sudor sobre el verde, el Dépor jibarizó al Sevilla, convirtió en poca cosa a un equipo que había estado imponente ante el Real Madrid. De anular al rival se ocuparon todos, fue un asunto colectivo en este Dépor con aire de ONG, repleto de voluntarios para el trabajo; ejecutarlo fue tarea de Juan Rodríguez, que pudo aplicar en un partido el buen golpeo que luce y pule en Abegondo. El triunfo convierte a los coruñeses en el equipo revelación de la Liga, igualado a puntos con un Sevilla llamado a ser la alternativa a os dous de sempre.

Un pivote en la delantera

Con una presión asfixiante, que empezaba en Riki y en un Juan Rodríguez colocado como segundo punta, la escuadra coruñesa anuló la mejor virtud del Sevilla, el juego por bandas. Estuvieron tapiadas por los excepcionales Filipe Luis y Manuel Pablo, que contaron con la solidaria ayuda de los extremos y los pivotes, que se hartaron de hacer kilómetros.

Por el centro tampoco hubo opción para los sevillanos, pues Lopo y Colotto ganaron la batalla área, y también la terrestre, a Negredo y Kanouté. Tan desesperado estaba este último que recurrió a un infame plantillazo para pagar su frustración con Lopo.

Juego en largo

El partido transcurría tedioso porque el Sevilla era incapaz de crear y el Dépor se centraba en destruir. Los coruñeses renunciaron a sacar jugado el balón desde atrás y optaron por el saque en largo de Aranzubia para iniciar las acciones de ataque, buscando las cabezas de Riki y Juan Rodríguez, poderosos en el juego por alto. Fue el madrileño el que tocó con la frente un balón que cayó en las inmediaciones de Juan Rodríguez, que lo tomó, avanzó hacia la portería y, desde fuera del área, armó la diestra para propinar un chut potente y muy bien dirigido, que golpeó en el palo izquierdo antes de ser gol. Siempre que juega arriba, el malagueño da rendimiento anotador, pues su único gol de la pasada temporada llegó cuando actuó de extremo derecho en Soria.

El tanto dio fe al Dépor, que pudo sentenciar si Guardado no llega a embarcar un balón en Pabellón y si a Javi Varas no se le hubiese dado por imitar a cabezazo de Riki la parada de Aranzubia a Llorente.

La pasada temporada, en Liga y en Riazor, el equipo coruñés se había ido con un 1-0 al intermedio frente a un Sevilla que estaba con uno menos. Al volver, se había relajado y los hispalenses ganaron por 1-3. En la charla del descanso, Lotina recordó aquel suceso para espolear a los suyos. Y funcionó.

Máxima concentración

Siguió el Dépor jugando a un nivel máximo de concentración. Pero tiene mucha pegada el Sevilla, y es inevitable que tenga ocasiones. Dispuso de un par Negredo en los primeros minutos; una fue un disparo que Aranzubia despejó con las yemas justo en el minuto en el que igualó su récord de imbatibilidad en Primera. Un testarazo de Escudé que se fue fuera por poco fue lo máximo que los de Lotina concedieron a un Sevilla que no encontró otros resquicios en el ordenado repliegue local. Este Dépor, no hay duda, tiene un color especial.