Mayte Martínez: «Si me ponen a Semenya y diez hombres por delante no sabría decir si ella es la mujer»

Agencias

DEPORTES

21 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La polémica del mundial sigue adelante. Mientras la federación internacional está pendiente de un test de sexualidad para conocer el género de la sudafricana Caster Semenya, que ganó con una exhibición la medalla de oro en los 800 metros, la vallisoletana Mayte Martínez, que corrió con ella la final, aseguró en Radio Marca que «Si me ponen a Semenya y diez hombres delante no sabría decir que ella es la mujer».

Visualmente, y tras el cara a cara de la final del miércoles, Mayte Martínez tiene claro que «al verla de cerca es como un hombre. Parece cien por cien masculina, todo, la cara, el cuerpo, la manera de correr, la forma de moverse...Tiene todo para ser un hombre», aunque de entrada admite que si ella dice que es mujer «habrá que creerla».

Para intentar encontrar una solución la IAAF ha recurrido al test de sexualidad que tenía aparcado desde hace muchos años para preservar la intimidad de los atletas. «Hace años sí que se hacían más controles, pero la IAAF para preservar la intimidad de las mujeres desde hace unos años ya no los realiza, solo en casos excepcionales», recordó la pucelana.

Las dudas sobre el sexo de Semenya ya venía de muy atrás. Con antelación al Mundial de Berlín. Una anécdota puede considerarse el mejor termómetro. Sucedió recientemente en los baños de una gasolinera de Ciudad del Cabo cuando quiso ir al lavabo. Ella se dirigía al de chicas y uno de los empleados le señaló el de hombres: «Caster se rió y preguntó si tenía que bajarse los pantalones para mostrar que es una mujer. Entendemos que la gente haga preguntas porque parece un hombre. Es una reacción natural y es humano ser curioso».

Después de las insinuaciones de que pueda ser un hombre, su familia ha saltado a la palestra como un resorte. La primera, su abuela: «Esto me molesta mucho, sé que es una mujer, la crié yo misma». Y por supuesto su padre: «Es mi niña. Yo la crié y jamás tuve dudas sobre su feminidad. Es una mujer y lo puedo repetir un millón de veces», incluso se prestó a dar el número de teléfono de sus compañeras de equipo para que certifiquen que es una mujer. Las instancias políticas y deportivas de Sudáfrica también han cerrado filas en el caso. Hablan de racismo.

Antes de sorprender en el mundo del atletismo, tanto en el 800 metros como en el 1.500, Semenya había destacado jugando al fútbol. Lo hacía en un equipo de chicos en donde era la única mujer.