Guardado se lesionó a los once minutos, Pablo Amo marcó a la media hora y Juan Rodríguez falló un penalti
03 feb 2008 . Actualizado a las 18:43 h.El Deportivo durmió anoche fuera de las plazas de descenso tras vencer a un Betis inferior (0-1) en un partido en el que Guardado se retiró a los once minutos por lesión. Los de Lotina dieron una imagen de equipo aseado, injustamente tratado por los resultados.
Parecía una final, con un fútbol propio de los sesenta y cuatro escaques. Deportivo y Betis son ahora dos equipos que juegan a no perder. El sur de la tabla agarrota las ideas, el corazón y las piernas. El orden ahora son cinco defensas. El Dépor es más honesto. En el Betis, Arzu es el quinto zaguero, el primer mediocentro. Los blanquiazules manosean la pelota, como siempre. Los verdiblancos esperan agazapados, sin presionar. Practican el contrafútbol, el fútbol a la contra. Los inicios fueron cordiales y los guardametas, estatuas. El Calcio estaría orgulloso. A los diez minutos, Guardado confirma sus límites, renquea y pide el cambio. Dolió como un gol en contra. Salta Verdú, pero el dibujo táctico resiste. Media hora sin muchas prisas. El cero a cero es una ratonera, trampa que no mata, pero no libera.
Pasan los minutos y el Betis se arrima un poco. Cada córner visitante es una contra local. Menos uno. Ese en el que Coloccini intercepta, se convierte en aquel lateral que fue y centra al el central: Pablo Amo firma su segundo gol tras la reaparición. Se aleja la Segunda.
Espabiló el Betis, para nada. Este Dépor es de fiar. Y se agradece que no se meta en la cueva. Terminó la primera parte con la zaga blanquiazul abominando del patadón y sacando balones sutilmente. Protestaba sin razón la parroquia sevillana. Al Betis no se le debía nada en el partido de ayer.
Chaparro dio unas chaparretas en el vestuario y arrancó la segunda con todo: Xisco y Mark González. El miedo aprieta. Metió una velocidad más, pero el Deportivo lo tenía claro: sin la pelota, el rival no podía marcar. Ambos equipos actuaban como si el gol nunca hubiese existido. Pero este Betis habita en el alambre. Arreón del Dépor, y Ricardo salva las de De Guzmán, Juan Rodríguez y Verdú. Deberían haber sentenciado. Al instante, Fabricio generó peligro donde no lo había y Juan Rodríguez tuvo que sacar bajo palos un disparo de Pavone. El Betis vio la luz. Se avecinaba media hora tensa.
Entró Bodipo para el contragolpe. Casi marca. Nadar y guardar la ropa. El Betis no puede y se encrespa. Ricardo protagonista. Detiene la de Filipe y un penalti de Juan Rodríguez tras una falta a Lopo. El final fue frenético, pero feliz.