«El multiculturalismo lleva a la creación de guetos en la sociedad»

CULTURA

Barnavi, autor de «Las religiones asesinas», un panfleto en defensa del laicismo frente a la amenaza de los «locos de Dios», rechaza la Alianza de Civilizaciones

13 dic 2007 . Actualizado a las 02:10 h.

El historiador israelí Élie Barnavi (Bucarest, 1946) lleva 30 años investigando la dimensión política de las religiones. Acaba de presentar en Madrid su libro Las religiones asesinas (Turner), que define como un «panfleto político», en el más noble sentido del término, que llama a la rebeldía contra los integristas islamistas, que él denomina «locos de dios», y a la defensa del «mayor tesoro de la civilización occidental: el laicismo». Ex embajador de Israel en Francia (2000-02) y actualmente director científico del Museo de Europa en Bruselas, Barnavi se declara no creyente pero no antirreligioso. «Las religiones no son mortíferas en sí mismas, sino que se vuelven asesinas cuando se convierten en políticas y se dan determinadas circunstancias», señala.

-¿Por qué el fundamentalismo más peligroso actualmente es el islamista?

-Porque la religión islámica se convierte en una ideología de combate que permite la expresión de frustraciones políticas, culturales y económicas profundas. Creo que la razón principal es el fracaso de los Estados que se dicen musulmanes al enfrentarse a la modernidad. Hay una especie de acuerdo tácito de esos Estados (Egipto, Pakistán, Argelia o el Irak de hoy) con los islamistas por el cual el Estado se reserva los instrumentos del poder (ejército, policía, relaciones internacionales) y en contrapartida abandona en manos de los islamistas la sociedad, la cultura, el Estado del bienestar; es decir, lo esencial.

-¿Se puede comparar ese fundamentalismo islamista al cristiano que representa Bush?

-Son incomparables. EE.UU. y Occidente se basan en el principio de la separación del Estado y la Iglesia. Bush se sirve de argumentos religiosos para hacer su cruzada, pero no piensa en imponer su religión al resto del mundo, ni siquiera en su país. En EE.?UU. hay una separación rigurosa de Estado e Iglesia, pero no de Estado y religión. Allí está mucho mejor visto tener una religión, sea la que sea, que no tener ninguna.

-¿Qué opinión le merece la Alianza de Civilizaciones promovida por Zapatero?

-Es una propuesta simpática, pero ese concepto es una impostura. Yo soy muy escéptico porque a los locos de Dios, a los fundamentalistas revolucionarios, no les interesa la Alianza de Civilizaciones, no están en la lógica del diálogo sino de la reconquista. Entre la civilización y la barbarie no hay diálogo posible. Además, yo no entiendo qué hay detrás de la noción de civilización. Sí estoy a favor del diálogo de religiones o del contacto intercultural. Yo no me siento de una civilización distinta a la de católico, un musulmán o cualquier otra persona que acepte las reglas de la convivencia en un marco democrático y que tenga el mismo gusto por la libertad que yo.

-Usted también es muy crítico con el multiculturalismo.

-El multiculturalismo lleva a la creación de guetos en la sociedad. Estoy a favor de la diversidad cultural, pero siempre que las distintas culturas se integren dentro del mismo marco de convivencia. El multiculturalismo es otra cosa, son culturas que no coexisten, que se yuxtaponen unas a otras, sin contactos entre sí, que se convierten en guetos incomunicados. No se puede vivir en una sociedad sin un mínimo de reglas y valores comunes.

-¿Por qué es tan importante el laicismo?

-El laicismo no es un arma de guerra contra la religión, es el código de comportamiento que hace posible la vida en común e impide que las religiones tomen el poder, que permite crear un espacio común neutro de convivencia para todos.