Los lobos campan a sus anchas por Vilasantar

Toni silva VILASANTAR / LA VOZ

A CORUÑA

Irrumpen entre los rebaños a plena luz del día y muy cerca de los vecinos. Una ganadera ha perdido 80 ovejas en tres años

14 sep 2011 . Actualizado a las 14:09 h.

El rural gallego no acaba de sacudirse la presencia del lobo. Varios de estos animales han sido vistos por vecinos de Vilasantar a plena luz del día durante los meses de verano en la parroquia de Panacioi. Una ganadera acumula ochenta víctimas en su cabaña desde el 2008. Pero en los últimos meses los vecinos han notado un cambio especialmente preocupante en el comportamiento de los lobos. «Pasan delante de los coches como si fuesen perros, no temen a nadie y les da igual el momento, sea de noche o a plena luz del día», señalan Chelo Paz y Toñita Boado. «Por la noche se distinguen por los ojos brillantes y la gente se asusta muchísimo».

La dieta básica de los lobos en esta parroquia es la oveja, pero también han matado perros, caballos y potros. «Hay quien se está planteando deshacerse de su rebaño porque el lobo le ha llegado a matar hasta tres ovejas en un solo día», añade Chelo. Además de los daños y temores, los ganaderos se encuentran con un amplio proceso a seguir cada vez que sufren los ataques. «Tes que avisar á Xunta e esperar que veñan os veterinarios para determinar se foron ou non os lobos os que mataron as ovellas -explica una vecina de Panacioi-; logo hai que levar o animal morto a un lugar e accesible para que o recollan». Y después de la desaparición física de los restos, toca desplazamiento a Teixeiro (Curtis) para llevar los papeles correspondientes a Extensión Agraria y dar al animal de baja en el censo. Con el tiempo descubren la letra pequeña de las condiciones impuestas por la administración. Así, la Xunta no paga los daños si descubre que los animales atacados estaban vallados por una red de malla inferior a metro y medio de altura. «Para recibir subvenciones por la ganadería tenemos que mantener el mismo número de reses», señalan los ganaderos. De este modo, se ven obligados a reponer el animar muerto para mantener la ayuda institucional.

Por el momento, no ha habido incidentes de los lobos para con los vecinos de este rincón de Vilasantar, pero reconocen el temor por la frecuencia con la que bajan de la montaña. Especulan con la posibilidad de que se haya ejecutado una repoblación de varias especies, entre ellas de lobos. «Antes no había tantos ni estaban tan hambrientos, solo bajaban cerca de las casas en el invierno», dicen.