Nuestra ciudad no se caracteriza por haber gestionado adecuadamente el transporte turístico. De hecho todos los informes y estudios comparativos han enfatizado esta carencia en comparación con otras ciudades. Con todo, habíamos logrado, de manera indirecta, un atractivo turistic train como leo en las redes sociales que frecuento. Como ejemplo, muchos de los cruceristas, recomiendan usar este original transporte. Tal vez no haya sido la mejor opción, pero ya instalado es una oportunidad y las pocas ciudades que la tienen lo publicitan como uno de sus principales atractivos. Otra cosa es que el tranvía funcione como un verdadero transporte turístico, e incluso que se conecte con otros medios complementarios para cubrir lugares de interés a donde no llega. Tenemos un original e interesante activo turístico y si la ciudad quiere posicionarse como tal tiene que esforzarse en ofrecer productos diferenciados, lo que no es siempre fácil de lograr, pero en este caso ya lo habíamos logrado.
El objetivo es acelerar la reparación del trayecto dañado por estar en temporada turística alta, y pensar como rentabilizar su funcionamiento. Además, ¿cuál sería la alternativa? Desmontar las instalaciones, dejar oxidar los tranvías, levantar las vías. Sería una barbaridad. ¿Esperar por el metro ligero? Eso va para largo. Entonces, este parón puede ser una ocasión para introducir mejoras en un activo ciudadano de enorme atractivo y reducir así el déficit. Además, estas inversiones tienen una rentabilidad económica y de imagen que va más allá del coste de mantenimiento. Por esa razón habría que cerrar también la Torre.