«Paréceme unha causa nobre, nunca se sabe a quen lle pode facer falta e se ti te vas e podes salvar unha vida...». Así resumía ayer Iván Brea, bombero coruñés, lo que le empujó a firmar, como a otros muchos de sus compañeros, el documento en el que explicita su decisión de donar sus órganos al fallecer.
El parque de la Grela fue uno de los puntos en los que Alcer, la asociación de enfermos renales, instaló ayer una mesa informativa, coincidiendo con el Día del Donante, para sensibilizar a la población y reducir así las negativas familiares a ceder los órganos de sus seres queridos ya fallecidos.
«Llevo 15 años trasplantado gracias a un acto generoso», comentaba ayer Francisco Encinar, secretario de Alcer, quien subrayó el simbolismo de que los bomberos coruñeses, «un colectivo totalmente solidario», firme su apoyo a la donación. «Son un ejemplo para todos», resumió.