El Ferrán Adriá de los helados investiga y vive en Sada

La Voz

A CORUÑA

Cada vez peregrinan más gallegos a la perla das Mariñas para probar las creaciones que produce un matrimonio gallego-alemán

02 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

? Hay mucha gente de Ferrol, Lugo, A Coruña o Santiago que viaja a Sada cuando puede solo para tomarse un helado en la Heladería Playa (avenida del puerto, 9). La paliza tiene su recompensa, pues se trata, probablemente, «del helado más rico de Galicia». Lo dice su propietario, Manfred Heuberger; pero también lo dicen los que van. Este venezolano de sangre alemana llegó a Sada hace cinco años de la mano de su esposa, cuyos orígenes están en Lorbé. En Alemania llevaban la gerencia de un gran parque recreativo. Al llegar a Sada quisieron abrir una heladería. Pero no una cualquiera, «sino la mejor». ¿Cómo se consigue eso? «Pues con mucho trabajo, investigación, cariño y con los mejores productos naturales», contesta Heuberger.

Los principios fueron duros, pero pronto levantaron cabeza. El que entraba, volvía. Y así hasta hoy. Se comenta en Sada que los fines de semana a los diez empleados que tiene la heladería les faltan brazos para atender a tanta gente. Un domingo, por poner un ejemplo, sirven más de 500 copas de helado, aparte de los cucuruchos, batidos, granizados, creps o chocolates en sus mil variedades. No paran de trabajar. Ni de investigar, pues el gran secreto del negocio no es una pócima mágica, sino horas y horas en un laboratorio investigando con sabores, texturas, productos...

Por el momento, en sus cinco años de vida, han logrado 50 sabores de helado -no le pidan cosas extrañas, como helado de lentejas y fabada, tan publicitados por muchos, pero que a Manfred y a su esposa les sale urticaria solo de mencionarlos-. Los suyos son de frutas «totalmente naturales y traídas de las mejores huertas de España, Alemania e Italia». Ahí está el secreto, «en la receta y en la calidad de los ingredientes», anuncia el propietario de una heladería con 300 sillas -terraza e interior- y con una sala para fiestas infantiles o reuniones privadas.

Que escapen de meter lentejas en un cucurucho no significa que repudien la innovación. Todo lo contrario. De hecho, «no hacemos otra cosa que inventar en nuestro laboratorio», según matiza Manfred Heuberger. Meses de trabajo le han llevado a crear su helado de cerveza, que muy pronto comercializará.