Marón, que hizo de alcaldesa al recaer Losada, pidió justicia social frente a la crisis y abogó por «alejar la crispación y la confrontación»
09 may 2011 . Actualizado a las 11:56 h.Había cierta curiosidad ayer por ver juntos a Losada y Negreira, contrincantes en el fragor de la contienda electoral pero miembros de la parte de la corporación que no falta a la cita anual con la Virgen del Rosario. La recaída del alcalde, aquejado de una infección vírica, situó ayer el bastón de mando (hoy el regidor tiene previsto regresar a la actividad) en manos de Carmen Marón para renovar el compromiso adquirido hace más de 400 años con la patrona en una Función del Voto que este año cayó en plena campaña electoral.
La actualidad no se quedó al margen de las invocaciones en Santo Domingo, donde el arzobispo, Julián Barrio, ofició la misa tras el recorrido de la comitiva, con guardia urbana y banda incluida, hasta el templo de la Ciudad Vieja, un desfile custodiado por la Orden de María Pita, los cofrades del Rosario, las meigas de Hogueras y concejales de PSOE y PP.
La portavoz del gobierno local pidió la protección de la Virgen «por los que sufren directamente las consecuencias de la crisis económica y encuentran dificultades para sacar adelante sus proyectos vitales». En un acto que recuerda la promesa realizada en 1589, cuando la ciudad solicitó el amparo mariano frente al asedio de las fuerzas inglesas de Drake, la alcaldesa en funciones reclamó «una sociedad mejor, más solidaria, justa y respetuosa», apeló a la «generosidad con los que llegan a nuestra ciudad buscando solidaridad, empleo y futuro», y elevó sus peticiones para que «alejes de nosotros la confrontación y la crispación y acerques la concordia y el acuerdo».
Enumeró Marón «la crisis económica mundial, la lacra del paro, las tragedias naturales, los conflictos bélicos y religiosos» como algunas de las razones para trabajar «por el consuelo y la ayuda a quien sufre» a pesar de «nuestras diferentes y distintas formas de pensar».
Críticas de Carril
En un discurso en el que aludió al «cambio de los tiempos, los hábitos sociales y dinámicas institucionales», reivindicó la vigencia de la tradición renovada ayer porque «las ciudades deben mantener sus identidades, hitos y efemérides para saber lo que son y por qué son».
Frente a ello, el candidato del BNG a la alcaldía, Xosé Manuel Carril, criticó la presencia de los ediles en la Función del Voto, ya que «a aconfesionalidade do Estado debe implicar a súa neutralidade» y «os poderes públicos representan tanto a cidadáns con crenzas como cidadáns sen elas, que deben ser tratados exactamente igual». Señaló que la corporación «debe respectar as crenzas e celebracións relixiosas, máis non pode participar nelas para garantir o principio de igualdade, según sinalan os tribunais», subrayó antes de recalcar que «o BNG non concibe que os representantes lexítimos dos coruñeses se poñan aos pés da Igrexa vulnerando a aconfesionalidade». Aseguró también que PSOE e PP «demostran que son iguais e que a única alternativa é o BNG, que respectando as crenzas de cadaquén, quere garantir a legalidade e o principio de igualdade».
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