Una vida entregada a los niños

María Vidal Míguez
María Vidal A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

La Fundación Tierra de Hombres reconoce la labor de Asfaw Yemiru, un hombre que lleva 30 años proporcionando educación a los niños de la calle

10 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A los 9 años vivía solo como un niño de la calle en la capital de Etiopía. A los 14 abrió su primera escuela y hoy a los 66 años ha ayudado a decenas de miles de niños pobres a asistir a la escuela y adquirir una vida mejor. Asfaw Yemiru es un hombre humilde que «considera que la educación es el único modo de conseguir que los niños pobres puedan mejorar su vida». Por este motivo, Asfaw, que fue un niño de la calle, gestiona desde hace 30 años las escuelas de acogida para estos pequeños.

Su vida es sinónimo de solidaridad y de entrega con la educación de los más desfavorecidos. Siendo niño ayudó a una mujer con las bolsas de la compra, y esta como agradecimiento le permitió acudir a la escuela. Sus estudios avanzaron de manera tan satisfactoria que al ingresar en secundaria echó la vista hacia atrás. Se dio cuenta de todo lo que él había progresado mientras sus compañeros y amigos seguían pasando hambre en la calle, al mismo tiempo que veía cómo en la escuela sobraban grandes cantidades de comida.

Su primera idea fue emitir unas tarjetas para que los niños de la calle pudieran comer las sobras de los alumnos del colegio. Pero estos niños también querían una educación, por lo que pidió una pizarra y comenzó a darles clase bajo la sombra de tres árboles. Después de cuatro años se dio cuenta que ya no era posible proporcionarles una buena educación bajo aquellas condiciones. Para solucionar el problema le hizo una petición al emperador y este le concedió una parcela de 300 metros cuadrados en el cementerio. Aquí comenzó todo.

Construyeron diez clases en uno de los laterales de la escuela. Las aulas no se utilizaban solamente para la enseñanza, sino que los huérfanos también cenaban y dormían en ellas. Quince años después el proyecto ya contaba más de 60 aulas y más de 2.500 estudiantes y la escuela obtuvo el reconocimiento oficial de las autoridades. Además los estudiantes consiguieron año tras año los mejores resultados de todo el país.

Aunque la escuela había nacido para proporcionar educación básica, las pocas expectativas de los estudiantes al finalizar sus estudios hicieron que se creara otro centro de formación para que los jóvenes continuaran sus estudios y se formaran de manera integral para tener un papel dinámico y constructivo en el desarrollo de la sociedad. En la actualidad existen más centros públicos pero aún así 1.700 niños se benefician del proyecto que en su día inició Asfaw Yemiru.

La Fundación Tierra de Hombres quiere reconocer esta vida de entrega hacia los niños con el premio que le entregará esta noche en la gala. Además reconocerá la labor de una institución, una entidad cultural, un medio de comunicación y una organización de voluntariado, que también colaboran en este proyecto.