El Sporting Club Casino clausura hoy una exposición de esculturas de José María Acuña

D.?V. A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

26 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Luchi Acuña se emociona al hablar de su padre, el escultor pontevedrés José María Acuña (1903-1991), del que muestra parte de sus trabajos, hasta el hoy, en el Sporting Club Casino. Allí se pueden contemplar 120 piezas, desde bronces a láminas, en la que se puede ver su el interés de este discípulo de Asorey por los temas costumbristas y su afán por recoger el más mínimo detalle.

«Aquí tenía muchos amigos. La ciudad de A Coruña es uno de los sitios que tiene más obra de mi padre de toda Galicia. Quiero hacer una antológica de su obra en A Coruña, como la que se hizo en el Museo do Pobo Galego o en el castillo de Soutomaior», apunta, mostrando una de las piezas, una representación de la República en madera, que su padre tuvo escondida en el jardín por miedo a represalias y que recuperó de su exilio americano en su último viaje.

Las obras de Acuña de más renombre son las vinculadas a las imágenes de los peregrinos, entre las que destacan las situadas en el Monte do Gozo y San Caetano. «Aseguran que sus obras son un monumento antropológico del pueblo gallego, ha inmortalizado una época, en la que todavía había pescantinas, lecheras... Lo que llega al alma son los rostros. Las obras de peregrinos son incontables y han llegado a todo el mundo. Tiene obras en Brasil, Nueva York, Japón toda Europa. Su San Francisco, una escultura que representa al santo evangelizando, le gustaba mucho a los chinos y japoneses», explica su hija, que matiza con pena que «hacía muchos encargos y desafortunadamente muchos bocetos para otros escultores, que se llevaban la fama».

Aunque reconocido por su faceta como escultor, singular fue su trabajo para la cerámica celta de Pontecesures y también la labor docente que desempeñó para el colectivo de sordos, al que pertenecía.

Luchi Acuña intenta que su legado no se pierda y se dedica a publicitar su obra. «Dicen que el oficio se puede aprender, pero el genio no se hereda», resume para explicar por qué no siguió el camino que dejó su padre.