Gobierno y Ayuntamiento garantizan la inocuidad de la arena de las playas

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA CIUDAD

21 may 2010 . Actualizado a las 11:32 h.

No existe ningún riesgo para la salud de los bañistas. Ese es el mensaje que han difundido tanto la Delegación del Gobierno como la Concejalía de Medio Ambiente. Desde el departamento municipal, indicaron que el material que deja plateados los cuerpos de los bañistas es mica de caolín. Procede de la nueva arena que se está depositando en el Orzán y Riazor dentro de las obras de relleno que tienen previsto su fin en la primera mitad del mes de junio. Según Medio Ambiente, no tiene ningún efecto negativo sobre la salud y se elimina con una simple ducha.

El mensaje de la concejalía lo refrendó el jefe del servicio de Dermatología del Hospital A Coruña, el doctor Eduardo Fonseca. El especialista indica que no se conocen casos de reacciones adversas al caolín. Comenta que, además, se trata de un producto que se emplea para la elaboración de cremas suavizantes de la piel. Es decir, que en todo caso, el contacto de la piel con él sería más positivo que negativo.

Por su parte, el delegado del Gobierno, Antón Louro, insistió en la inocuidad del caolín e indicó que desaparecerá en un corto espacio de tiempo con la acción natural del mar. Mientras tanto, indicó que durante el transcurso de las obras, los usuarios de las playas podrán bañarse en el tramo oeste de Riazor, el situado en dirección a las Esclavas. Este no será rellenado y sus aguas se mantienen, por ahora, al margen del caolín.

Las recomendaciones del delegado no se corresponden con lo que se pudo ver en la tarde de ayer. A las cuatro unas veinte personas se bañaban en Riazor en las aguas afectadas por los residuos de la arena sin más preocupación que la del disfrute. De hecho, el barro plateado que se acumula en la orilla se ha convertido en objeto de deseo de los más pequeños, pese al recelo de algunos padres.

«Yo en principio lo dejo, no creo que pase nada. Luego le doy una ducha y sin problema, aunque, eso sí, da un poco de asquillo», comentaba Alicia Rabuñal, que observaba cómo su hijo chapoteaba en el agua teñida en la orilla. Allí, con la bajada de la marea que se produjo a primera hora de la tarde, se podía ver cómo el manto plateado dejaba su huella en la arena. La idea de una sirena se repetía sin cesar en cuanto las chicas salían del agua. «¡Mira cómo me brillan las piernas, solo me falta la cola como un pez!», decía entre risas una chica a sus amigas.

Daño medioambiental

Ajeno a todo este alboroto estaba Aladino Castro, un habitual de las rocas de Riazor que intentaba pescar algún pulpo entre ellas. El pescador sostiene que «esta arena que echaron acabó con toda la vida que había aquí. Antes había pulpos y nécoras en abundancia, pero ahora no hay nada. Es imposible pescar nada».

También ha mostrado su queja la Asociación Ecologista Arco Iris, que opina que el aporte de arena «debe ser paralizado de inmediato» y denuncia que provocará un «serio revés no solamente ambiental, sino turístico, en la ciudad». Señalan que Costas está actuando con «improvisación».