Nonito Pereira: «El día de mi funeral quiero que suene 'My Way', de Sinatra»

A CORUÑA

EDUARDO PEREZ

Uno de los grandes referentes musicales de la ciudad regresa con un nuevo libro

27 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando los coruñeses presumen de que esta es una ciudad con una gran cultura musical, le deben una buena parte de la afirmación a Nonito Pereira (A Coruña, 1943). Él fue ese melómano incurable que estrenó algunos singles de la Tamla Motown en exclusiva nacional, el que sirvió de enlace entre Mike Oldfield y Luar na Lubre o el que acogió en su local la primera concentración mod de la ciudad. Son tres pinceladas de un currículo jalonado por 3.000 conciertos, muchos de los cuales se recuerdan en Historias, histerias y andanzas musicales, su ya segundo libro. El jueves a las 19.30 lo presenta en la Fnac.

-¿Qué aporta este volumen que no tenga el anterior?

-Pues hablo de muchos conciertos que vi por el mundo adelante. También quiero rescatar a gente de A Coruña. Por ejemplo, Los Diplomáticos de Monte Alto o Los Doré, que quede testimonio de lo que hicieron. Lo mismo con Manuel Mantiñán, que es una persona que trabajó mucho por el jazz, o Miguel Mosquera, que se arriesgó para que aquí se hicieran cosas. Por ejemplo, con él, Tequila tocó en Chaston. Eso la gente, en general, no lo sabe. Se perdió esa visión.

-¿Cómo empezó usted en la música?

-En 1962 en las sesiones matinales del Circo Prince en Madrid. Tocaban Miky y los Tonys, Los Pekenikes, Miguel Ríos, todos esos. El primer concierto importante que vi fueron los Beatles en el 65. Ahí me metí de lleno en la música y una cosa fue llevando a otra.

-¿Se da en su caso lo del músico frustrado metido a crítico?

-Yo no toco ningún instrumento. Una vez, cogí una batería y, bueno, con las manos me defendía. Pero cuando me di cuenta de que había que tocar con las manos y los pies dije: «Esto no es lo mío» [risas]. Desde entonces, me dediqué a escuchar.

-Y sin límite. Le van los Panchos tanto como The Who.

-Claro. Cuando vino a actuar Duke Ellington a Barcelona en 1967 le pregunté: '¿Maestro, qué piensa del free-jazz?' El me miró como a un pipiolo y me respondió: 'Mira, chico, yo hago música sin más, luego vosotros los periodistas le ponéis el nombre'. Eso me dio un concepto global que siempre conservé. Yo llegué al jazz a través del rock n' roll, luego volví a subir hasta el pop y de ahí a otro lado. Pienso que siempre hay una música para cada momento y un momento para cada música. Si hay que ir a una verbena bailo y lo pasó como el que más. Si hay concierto indie, me lo papo también. ¿La explicación? No la sé. Es así, me gusta todo.

-¿Son los músicos personas especiales?

-Claro. No pueden ser ciudadanos normales, pero tú al andar tanto con ellos terminas igual. Yo soy un señor de 67 y no tengo nada que ver con la generación de los que hoy tienen 67 años. Es por eso. Mis normas de conducta son diferentes. De hecho yo siempre digo que el día de mi funeral quiero que suene My Way de Sinatra. Nada de lloros. Viví a mi manera y fui muy feliz.

-¿Pasa algún día sin música?

-No, todos los días escucho una hora de música y oigo tres.

-¿Cuál ha sido el mejor concierto que vio en A Coruña?

-Paul Simon en el Coliseo. Fue increíble. Fuera de A Coruña en Wembley, con The Who, AC/DC y mis amigos The Stranglers.

-¿Los que le tiraron una baqueta cuando presentaba en un Noroeste Pop Rock?

-Sí, sí, por eso los llamo amigos. La vida da muchas vueltas.