«El mito Tony Manero pervive »

La Voz

A CORUÑA

El musical «Fiebre del sábado noche» se estrena hoy en la ciudad, rememorando la era de las campanas y la música disco

01 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Mucho. Ese adverbio es la palabra más empleada por Juan Pablo Di Pace a la hora de referirse al musical que interpreta. «Tenemos mucha euforia, porque es un musical como mucha energía, mucho baile, mucho canto, mucha escena de todo tipo», comenta, sin poder llegar a abarcar todo lo que quiere decir. «Esto más bien es una obra de teatro con música y con danza, porque toca temas muy sociales y, por otra parte tiene toda la parte de entretenimiento de un musical».

-¿Por qué funciona aún la historia de «Fiebre del sábado noche» a día de hoy?

-Yo creo que nada ha cambiado y que el mito de Tony Manero pervive. Ese tipo de cultura juvenil de la discoteca, de la vanidad, de que la gente quiere ligar, de conocer gente, y donde con esa edad uno se muestra como si fuera una pasarela existe. Todo eso empezó en ese década, pero hoy sigue igual. Incluso la música es parecida.

-¿Con tanto «revival» se trata de una estética con cierta vigencia?

-Hay gente que dice que es hortera, pero es que las modas van y vienen.

-Casi sería mejor definirlo como «post-hortera», porque Tony Manero ya ha sufrido una vuelta de tuerca posmoderna.

-Sí, claro. Sin ir más lejos, hace unos años Madonna imitó el estilo de Travolta en su disco y fue un bum. Esa estética resurgió precisamente porque ella le volvió a dar relevancia.

-¿Aún se sigue confundiendo con «Grease»?

-Sí, en España todavía ocurre. La gente piensa que es lo mismo y, de repente, se encuentra con algo totalmente distinto. Grease es otra cosa, mucho más frívolo, de colegio secundario. Nosotros somos más oscuros, pero al mismo tiempo más potentes e intensos.

-¿Cómo reaccionó usted como espectador cuando vio el musical en su día como público?

-Lo vi en Londres cuando tenía 18 años. Siempre iba a ver espectáculos, pero este y Chicago fueron los dos que más me impresionaron. Me quedé flipando. No solo por el show, sino porque el personaje me encantó. Cuando salí del teatro me dije: «Esto lo tengo que hacer algún día».

-Y ese día llegó.

-Sí, hay veces que uno desea cosas, las olvidas y te llegan cuando menos te lo esperas, con treinta años. Y Tony Manero lo tengo que hacer ahora o no lo haré nunca más. Un Tony Manero a los 35 no es posible.