«Las autoridades locales amparaban a las alemanas porque la neutralidad de España fue una falacia»
A CORUÑA
El mismísimo Hans Thomsen, el hombre de Hitler en España durante la Segunda Guerra Mundial, bajó por las escalinatas de San Amaro para inaugurar el mausoleo alemán en el cementerio civil de San Amaro. Jesús María Reiriz lo descubrió hace poco en uno de sus estudios sobre la presencia nazi en A Coruña. El historiador coruñés destaca el amplísimo poder de los seguidores de Hitler en la ciudad.
-En su libro recuerda la inauguración del panteón nazi en San Amaro. ¿Cuándo se le ha perdido la pista?
-Este hallazgo ha sorprendido muchísimo. Todos se imaginaban que esa necrópolis había sido destruida en 1982 tras unas obras en el cementerio civil de San Amaro.
-¿Qué grado de neutralidad tenía España?
-La neutralidad de España en la Segunda Guerra Mundial es una falacia. El gobierno de Franco le prestó muchísima ayuda.
-Y esa ayuda, ¿en qué se reflejó en A Coruña?
-El consulado alemán, que estaba en la calle Picavia, tenía el control del tráfico marítimo en el puerto. Tenía una unidad de espionaje que contaba con la anuencia de las autoridades españolas. También tenían sistemas de comunicación en el parque de Santa Margarita. Los nazis mantuvieron una relación estrechísima con las Administraciones locales, las amparaban. De hecho, los primeros agentes de aquella Policía Armada fueron formados por la Gestapo.
-¿Estuvieron personajes nazis importantes en A Coruña?
-Hay una foto en mi libro La Coruña y la Segunda Guerra Mundial en la que se ve a Hans Thomsen, el brazo de Hitler en España, rodeado de oficiales alemanes, algunos miembros del Ejército español y personajes de la vida social y civil coruñesa. Era el 9 de noviembre de 1944, el día en que, precisamente, se inauguraba el mausoleo alemán en el cementerio civil de San Amaro. Allí llegaron a reposar los cuerpos de 16 soldados alemanes caídos en combate en las cercanías de Galicia. Entre las tumbas, estaban las de los ocho tripulantes de un submarino hundido en las costas gallegas. Luego los trasladaron a Cáceres.