La combustión interna causa el desplome de uno de los silos de Bunge

CULLEREDO

19 oct 2009 . Actualizado a las 18:40 h.

Un fuerte estruendo fue el único acompañamiento que tuvo el desplome de la estructura metálica de uno de los dos silos más antiguas que la factoría Bunge tiene en Culleredo, al pie de la ría de O Burgo. Los numerosos testigos que a esa hora paseaban por la senda peatonal que bordea el estuario alertaron de inmediato a la Policía Local, que acordonó la zona y realizó una primera inspección ocular del lugar del siniestro. El cilindro dañado entró en funcionamiento en 1967, cuando se puso en marcha la factoría de Bunge y ya había sufrido una explosión el pasado mes de mayo, como consecuencia de la combustión de las semillas almacenadas en el mismo desde hacía varios años, según informaron los técnicos.

La empresa había iniciado el proceso de desmantelamiento de la estructura el pasado 6 de octubre, después de casi un mes de trabajos previos en los que Lema, la empresa encargada de la operación, realizó un exhaustivo chequeo para certificar la ausencia de riesgos en el proceso.

Tres equipos de trabajo del parque de bomberos de Arteixo se personaron de inmediato en el lugar de los hechos, que ya estaba acordonado por la Policía Local de Cambre. No había daños personales, ya que no estaba trabajando nadie y los equipos de vigilancia de la planta estaban fuera del alcance del amasijo de hierros caído.

«Nos avisaron porque había en el interior del silo un proceso de combustión muy lenta de los cereales y había un poco de humo y unas llamas que fueron rápidamente neutralizadas», confirmaba un portavoz del servicio de extinción de incendios.

Los bomberos también inspeccionaron el silo gemelo al derrumbado, «porque sufrió el impacto directo de los hierros que se cayeron y temíamos que hubiera podido afectar a su estructura, aunque, afortunadamente, no ha sido así».

Además, los técnicos del servicio de extinción de incendios apremiaron a los miembros de la empresa encargada de retirar la estructura metálica del silo de Bunge a que completen la acción con la máxima celeridad, «porque esta previsto que a partir de mañana martes se produzcan rachas de viento con intensidades superiores a los setenta kilómetros por hora, que pueden afectar negativamente a la construcción y provocar nuevos desprendimientos».

Inicialmente, los trabajos de desmontaje, que se estaba realizando por piezas, estaba previsto que durarán un mes, hasta la primera semana de noviembre.

Ayer por la tarde, se reanudaron las actuaciones para proceder al desmantelamiento del cilindro metálico ante la atenta mirada de algunos trabajadores de la planta, que temen que este percance sea otra paso más hacia el cierre inmediato de la factoría de Culleredo.