PP y CxB viven los momentos más tranquilos desde que comenzó la coalición, marcada por fuertes desencuentros a causa de la Unidad 19 y el nuevo colegio
29 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Betanzos celebra esta noche una nueva sesión plenaria. Se prevé un debate extenso ya que, a la generosa permisividad de la alcaldesa con los turnos de palabras, el pleno llega con trece capítulos de debate. El último punto del orden del día no es por ello el menos importante. Al contrario, desvela que las relaciones internas en el seno del equipo de gobierno han cambiado en las últimas semanas hasta alcanzar casi un clima de armonía.
Así, los concejales deberán aprobar, si procede, la venta de una parcela municipal de la Unidad 22. Y en el seno de CxB se aplaude que éste sea el cauce tomado, después de criticar de forma reiterada que la Unidad 19 no corrió la misma suerte (el pliego fue modificado en junta de gobierno en febrero del 2008 cuando, según el partido independiente, debía haberse modificado en el pleno).
El consenso sobre asuntos urbanísticos en el grupo de gobierno no es un hecho aislado. PP y CxB han limado las asperezas alimentadas durante un año salpicado de enfrentamientos públicos y privados. ¿Qué ha desencadenado entonces este nuevo tiempo de sintonía? Cronológicamente la época de entendimiento comienza días después de que miembros de CxB y del PSOE local celebraran un encuentro, teóricamente secreto, en un restaurante de Coirós. Un mes más tarde, la alcaldesa aseguraba públicamente que «como en cualquier relación, en algunos temas tuvimos diferencias (con CxB), lo cual creo que es sano y bueno para el debate interno». Aquellas palabras ilustraban el cambio de tono en la relación, asegurando además que llevaban «tres meses muy tranquilos».
De esa forma se sacudía un año de desencuentros causados, especialmente, por la diferente interpretación de las normas urbanísticas en las que la alcaldesa siguió de la mano del secretario del Ayuntamiento mientras el teniente alcalde otorgó más veracidad al interventor, claramente enfrentado con el otro funcionario. El problema acabó con la marcha del interventor tras la revocación de servicios, la acusación pública de Javier de la Fuente al secretario «por ocultar informes», y las querellas posteriores.
Viejas rencillas
Atrás quedan también las quejas de Cidadáns por los gastos del viaje municipal a la localidad italiana de Collepasso. O el abandono de la sesión plenaria con el que los concejales independientes pretendían presionar para agilizar las gestiones sobre el nuevo colegio. También parece agua pasada la guerra abierta por demostrar cuál de los dos partidos del gobierno había faltado a su palabra con las subidas salariales de los trabajadores municipales. O las ruedas de prensa no exentas de tensión cada vez que alcaldesa y el teniente alcalde compartían mesa.
Con las aguas más tranquilas y la Xunta en la misma sintonía política que Faraldo, el Concello de Betanzos intenta dejar atrás meses de codazos y energías perdidas en debates estériles de los que los ciudadanos no han sacado ningún provecho.