«Estamos listos para dar Medicina: ya tenemos el plan de estudios»

A CORUÑA

Rosa Meijide, a la entrada del pasillo del departamento que dirige en la facultad de Ciencias da Saúde
Rosa Meijide, a la entrada del pasillo del departamento que dirige en la facultad de Ciencias da Saúde SARA GONZÁLEZ

Meijide defiende que el ciclo clínico, una reivindicación que supera ya los quince años, es inaplazable para adaptarse a las exigencias de formación que marca Europa

27 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Doctorada en Santiago, Rosa Meijide (Lalín, 1960) es especialista en medicina termal, está vinculada a la UDC desde el 92 y hace diez años que dirige el departamento de Medicina de la universidad coruñesa.

-El departamento tiene mucho que ver en las demandas sobre Medicina.

-Todo esto tiene una historia muy bien planificada. Ya en el 93, cuando salió el primer informe europeo acerca de los estudios, se hablaba de que en España, con muy buena formación de los especialistas tras la carrera, había una asignatura pendiente en la enseñanza pre-graduada, detectaba carencias importantes en cuanto al componente práctico. Se vio el enorme potencial del entonces hospital Juan Canalejo y su extraordinaria capacidad técnica y profesional para la formación. Tenía un nivel reconocido en España y Europa, y en el propio hospital surgió la inquietud por aprovechar todo esos medios para la formación de los médicos del futuro.

-¿Y la facultad de Medicina?

-Se empezó a ver también que Santiago tenía menos plazas de alumnos de Medicina de las que correspondían por habitantes y entonces ya se planteó desde A Coruña crear un cuerpo que pudiese potenciar la enseñanza de Medicina en Galicia. Ya que teníamos esa capacidad, no como en otros campos, ¿por qué no aprovecharla?

-De eso han pasado más de diez años.

-Se han perdido muchos años y siempre por decisiones políticas, pero desde el primer momento se empezaron a incorporar a la UDC médicos del hospital, muchos de ellos jefes de servicio. De manera casi excepcional, con todo ese potencial se creó en el 94 el Instituto de Ciencias da Saúde y al año siguiente se consiguió el doctorado, un programa basado en el hospital como centro de referencia en áreas como trasplantes. Es uno de los más activos, con 110 doctores.

-El concierto con el Sergas se firmó en el 2001.

-Fue definitivo. El concierto declara al entonces Canalejo hospital universitario de la UDC, que además ha de cumplir la Ley General de Sanidad con objetivos asistenciales, investigadores y docentes de cara al aprovechamiento de recursos para formar profesionales. Gracias a ese acuerdo muchos médicos vinculan su actividad profesional con la universidad. Este es el concierto que también regula que las plazas han de ser convocadas por una comisión mixta con presencia de la universidad, el Sergas y la gerencia del hospital.

-En octubre llegan 130 alumnos. Santiago ha convocado las plazas de profesores.

-Ha roto el concierto. Tenían que haber sido convocadas por la UDC. Santiago tiene su hospital universitario para convocar sus plazas allí, pero no en el de aquí. Estamos encantados, por supuesto, de que por fin se comience a hacer realidad algo que siempre hemos pedido, participar en la formación de médicos, pero esta manera no nos parece adecuada. Además, se ha roto el pacto entre caballeros de los tres rectores y las consellerías de Educación y Sanidade del año pasado. Nos parece muy digna la posición de nuestro rector, que lo ha mantenido, pero otros no. Hay que darle solución a este problema, y dársela a los estudiantes. Hay que ser capaces de tener miras amplias y pensar en los alumnos.

-¿Su propuesta es?

-Primero, por lo pronto, que se cumpla lo firmado, no ayer, sino hace ocho años, y lo pactado hace un año. Que no se rompan las reglas del juego. Si esas plazas son provisionales y no se pueden parar, porque llegan los alumnos, por las expectativas... no se debe perjudicar a nadie, pero al menos que no se vuelva a repetir. Y que demos respuesta a lo que nos exige Europa. Tenemos un departamento de lujo, con casi todas las especialidades y grandes profesionales para impartir, y así lo esperamos, la docencia. Lo que pedimos es empezar. Estamos listos, ya tenemos incluso el plan de estudios del ciclo clínico e incluso tendríamos potencial para el pre-clínico. Incluso podríamos hablar de una facultad, que tampoco tendría por qué pasar nada, en muchas otras comunidades que ya tienen facultad se están creando otras de Medicina. Pero ahora mismo, y a coste casi cero, lo que queremos es colaborar a ofertar una formación clínica de excelencia, y hacerlo nosotros, según nuestros criterios, que están ya muy pensados y planificados, y bajo nuestra organización.