Fumata negra en la hostelería

A CORUÑA

Los empresarios creen que prohibir fumar en los locales públicos caerá como un jarro de agua fría en el sector en tiempos de crisis económica

15 sep 2009 . Actualizado a las 11:08 h.

«¿Quién nos paga ahora la inversión con la que habilitamos zonas para no fumadores? De esta nos arruinan a todos», explicaba ayer un empresario de la hostelería. El Ministerio de Sanidad se plantea por primera vez ampliar la Ley Antitabaco para prohibir fumar en los lugares públicos y la reacción de los hosteleros no se ha hecho esperar. El cierre de los locales, los despidos y la caída de los beneficios son las tres primeras ideas que se pasean por sus mentes. La ley que hace tres años supuso para muchos un gasto y un trastorno a la hora de habilitar dentro de su local una zona específica para no fumadores se convierte ahora en la gota que colma el vaso y una iniciativa que aseguran que acabará hundiendo el sector en tiempos de crisis.

«El Gobierno echaría así más leña al fuego a lo que ya es una situación insostenible», señala Mayra Arrojo, propietaria de la cervecería Mahou en Cuatro Caminos. Su local, que supera los 1.000 metros cuadrados, soportó una inversión de más de 20.000 euros entre las obras de ajuste del espacio, las salidas de humos independientes y el diseño, «porque no se trata de separar y punto, hay que dejar el local decente e igualmente acogedor a pesar de los cambios», señala Mayra.

Ahora, con un 70% de su superficie dedicado a la zona de no fumadores observa a diario como el vacío es la tónica del ambiente en la parte en la que no está permitido fumar. «Creo que el porcentaje de local que nos obligaron a habilitar libre de humos es injusto. Mi clientela fuma, y los tengo a diario apiñados en la zona de fumadores mientras en la otra parte por momentos hasta apago las luces porque no viene nadie», señala.

La cristalera que da a la calle, la zona preferida por sus clientes más fieles ha sido ahora cerrada al público no fumador. Sabe que ha perdido a aquellos que quería cenar en esa zona y fumar un cigarro al terminar.

Pero no es necesario tener un local de tales dimensiones para notar que los hosteleros perciben que la nueva ley supondrá un jarro de agua fría mayor que el que ya tuvieron que soportar en el año.

José Manuel Candal es el dueño de la cafetería Arpa, muy cercana a la escalinata de Santa Lucía. Una puerta de apertura automática separa las dos zonas que tuvo que separar en su día y aún resopla al acordarse del gasto que supuso para él amoldar su negocio a la nueva legislación. Sin embargo, asegura que lo que más le duele es la impotencia de pensar que hay locales en la misma ciudad que no han tomado medidas a lo que es una obligación para los locales: «A Coruña es, con toda seguridad la ciudad gallega donde más se incumple la lay. Solo hay que echar un vistazo para comprobarlo», dice.

José Manuel afirma que entendió en su momento que las personas que no fumaran reivindicaran sus derechos y accedió a llevar a cabo la obra en su local. «El problema es que lo que me obligó a hacer Sanidad en su momento ahora quiere quitármelo. Me parece una tomadura de pelo de muy mal gusto», afirma.