La ciudad de los 20.000 pisos vacíos

J.?B. / A.?M.

A CORUÑA

14 sep 2009 . Actualizado a las 12:09 h.

En números redondos, por cada 15 habitantes de A Coruña existe una vivienda sin ocupar. Esta relación se establece atendiendo al censo de pisos vacíos del años 2007. Si se tomasen en cuenta los datos presentados por un informe del BNG del 2005, que indicaba que el número llegaba a los 22.000, la proporción sería de un piso vacío por cada 11 habitantes. Y, si se tratasen de las 24.000 que indicó el PP en el 2006, la relación estaría en torno a los 10 habitantes.

Sea como sea, la evolución del parque de viviendas sin uso es alarmante. Entre 1997, donde se estimaba en 2.000, y 2007 se multiplican por ocho tomando como cierta la cifra de 17.000. En esa evolución espectacular se refleja el bum inmobiliario de los últimos años, en los que la inversión en inmuebles se convirtió en el modo más usual de rentabilizar el dinero.

Toda esta serie de números chocan con las previsiones de crecimiento de la ciudad que ponga el nuevo Plan General de Ordenación Municipal. En él se prevén 33.900 nuevas viviendas. Sobre la adecuación entre lo proyectado y la realidad de la ciudad, el creador del nuevo PGOM, el urbanista Joan Busquets, le restó importancia. «El parque de viviendas vacías es un tema que tenemos en todas las ciudades -dijo a La Voz la semana pasada-. Los mecanismos de mercado generan que siempre exista en las ciudades una cantidad disponible».

Desde el Ayuntamiento se insiste en que la facultades municipales no permiten adoptar medidas efectivas para neutralizar esta realidad. Ponen como ejemplo subir el Impuesto de los Bienes Inmuebles (IBI) a las casas desocupadas. En el 2003 se estableció un recargo del 25% sobre la cuota líquida del impuesto. Pero a la vista de las cifras está el resultado: la medida no surtió apenas efecto.

Los especialistas en urbanismo consultados por La Voz coinciden en señalar las facultades que tienen los gobiernos locales no sirven para atajar estos problemas. Sin embargo, muchos de ellos coinciden en destacar que una serie de medidas periféricas ayudarían a minimizar las cifras. Estas son algunas de ellas:

En algunas ciudades como Santiago las promociones impulsadas por este tipo de empresa obligaban a que una buena parte de los pisos vendidos fueran de primera residencia. Con ello se evita la compra de segundas y terceras viviendas que se pueden quedar vacías

Facilitar los diferentes destinos de los pisos de un inmueble, permitiendo que la primera y segunda planta puedan destinarse a usos terciarios. De este modo, se podrían alquilar muchos pisos como oficinas.

Existen inmuebles en el centro de la ciudad con una amplio número de metros cuadrados, en algunos casos superiores a 200. Tanta superficie hoy en día, permite su división creando viviendas más adecuadas a las necesidades actuales.

Dotarla de más personal y presupuesto. Que la rehabilitación urbanística se entienda como una recualificación de la ciudad, ya que esta permite que se equilibren los barrios.

El propietario tiene la obligación de cuidar y sanear el edificio. Si se aplica con celo la presión sobre él, este preferirá conservar en condiciones el inmueble, ya que el Ayuntamiento puede efectuar las obras de cuidado y luego cargarle los gastos.

El Ayuntamiento podría contar una bolsa inmobiliaria, que facilitaría a los propietarios la posibilidad de alquilar sus pisos.