Garcés: «Hay quienes no toleran actos culturales sin panxoliñas»

A CORUÑA

Lamentó que ediles hayan cambiado el color del cordón de la medalla de concejal por coincidir con la bandera española

05 ago 2009 . Actualizado a las 11:33 h.

El concejal de Fiestas se subió a la tarima para presentar al pregonero de la feria taurina y antes de describir al personaje se despachó durante diez minutos contra los antitaurinos. Lo anunció. Dijo «estar harto» de ellos y ofreció toda una batería de razones. No sin antes precisar que es «un defensor acérrimo de la fiesta de los toros, aunque solo sea por contrarrestar ciertas actitudes de quienes intentan imponerlo todo, desde el idioma al gusto cultural de la gente», en referencia a los sectores nacionalistas. Carlos González-Garcés, que siempre se distinguió por su oposición a algunos planteamientos de sus socios nacionalistas en el gobierno local, recordó a los presentes, que llegaron a interrumpir su alocución con aplausos, que «esas mismas personas que les molesta y atacan la celebración de corridas de toros en La Coruña son los que nos quieren imponer el idioma por encima del bilingüismo», que, según dijo, es lo que él defiende.

Sin mencionar en ningún momento a partido político alguno o a concejal cualquiera, el edil igualó a los «enemigos» de los toros con «esos mismos que solo casan en gallego, esos mismos que fomentan el arrancar los carteles de la feria taurina, esos mismos que se sienten incapacitados para entender que un artista actúe en el lugar que le plazca, esos mismos que lo mismo cargan a los toros como a Raphael, esos mismos que incluso llegan a cambiar el color del cordón de la medalla de concejal porque coinciden con los de la bandera española (algo que se pudo comprobar en la reciente recepción oficial al presidente de la Xunta, en la que ediles del BNG mostraban el cordón con los colores de la bandera gallega); esos mismos que reniegan del toreo y luego piden abonos para regalar a sus amistades». De todo ello, manifestó Garcés, «estoy harto». Muy serio, dijo estar cansado de las imposiciones, «de hacer demagogia con las corridas de toros y de los que «no toleran cualquier acto cultural sin que haya panxoliñas». A todos esos les recordó que ya en los años cincuenta había corridas en A Coruña.

Por último, González-Garcés dedicó un agradecimiento «a los que aguantan estoicamente la impertinencia de todos esos antidemocráticos y de los no tolerantes».