Bicis de corto recorrido

A CORUÑA

Usuarios de Bicicoruña piden que se amplíen las horas del nuevo servicio para que les dé tiempo a ir a trabajar

17 jul 2009 . Actualizado a las 11:52 h.

Solo hay que quedarse un par de minutos en la parada de Bicicoruña de la plaza de Pontevedra para comprobar el interés que ha suscitado este nuevo servicio de alquiler de bicicletas entre los coruñeses. Se paran a preguntar y a ver cómo funciona el sistema casi todos los que pasan. No importa la edad ni el sexo: jóvenes y mayores, hombres y mujeres... Todos tienen curiosidad. Incluso una mujer de 71 años se mostró dispuesta a utilizar el servicio al menos un par de veces por semana. «Lo malo es que me da miedo a las caídas, porque tengo osteoporosis», dijo.

Los que ya son usuarios de Bicicoruña aseguran que todo son ventajas. «Me he recorrido toda la ciudad y he podido hacer todos los recados. Siempre he ido andando a los sitios, pero ahora iré en bici, más entretenido», dice Manuel Quijada. Con 62 años, y prejubilado, afirma que es una de las mejores iniciativas que ha visto para que la gente haga deporte. De todas formas, en estos dos primeros días de funcionamiento, ya ha visto algunos fallos en el sistema. Propone, entre otras cosas, que se puedan entregar y retirar las bicicletas en todas las clavijas de las paradas, sin diferencias para los que tienen la tarjeta Millennium y los que tienen la tarjeta Bicicoruña. Ayer, según explica, el sistema funcionaba mejor porque el martes, el día de la inauguración, «no iban las tarjetas y algunas bicis estaban sin aire».

Para ir a trabajar

Gloria Rial Villar, que todos los días se desplaza desde los Castros a la plaza de Pontevedra para trabajar, propone que se amplíe al horario. «Utilizaría las bicicletas a diario para venir al trabajo, pero yo entro a las ocho de la mañana y el servicio empieza más tarde. Así, los días que lloviera vendría en bus y, sino en bici».

El arquitecto José Manuel López Mihura es aficionado al ciclismo. Dice que coge el coche o la moto durante los días laborables «porque no me queda más remedio», pero el fin de semana se monta en bici siempre que puede. Como ciclista, asegura que la ciudad no es fácil para andar en bici, ya que los carriles que hay son pocos y se interrumpen constantemente y la alternativa, es decir, circular por los viales al lado de los coches y los buses, «significa jugarte la vida». El caso es planteárselo como Jesús Mosquero, que ayer utilizó Bicicoruña para ir a las piscinas de la Casa del Agua: «Así llego antes y, de paso, disfruto con el paseo».