Estrella un coche en una valla y un quiosco de la avenida de Monelos y se da a la fuga

A CORUÑA

12 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un hombre estrelló en la madrugada de ayer un coche contra un quiosco de la avenida de Monelos, derribó unas vallas de obra, y se dio a la fuga en el mismo automóvil. Fuentes próximas a la investigación indicaron que ya tienen identificado al individuo y que se espera que la policía lo detenga en las próximas horas.

El suceso ocurrió minutos antes de la una de la madrugada, según narra la propietaria del negocio de venta de prensa, María Victoria Bascoy, ubicado a la altura del número 165 de la avenida de Monelos, en la nueva rotonda de Eirís. La mujer conoce más datos del accidente porque el incidente fue visto por varios residentes en la zona.

Indicó que muchos clientes le dijeron que el conductor del vehículo iba acompañado de otra persona. Que el coche podía tratarse de un Mercedes de color gris oscuro. Al parecer, los testigos indicaron que circulaba a gran velocidad desde Eirís, y que al dar la curva en la rotonda perdió el control del coche y subió a la acera que permite el acceso al nuevo supermercado Eroski. La marca de la frenada confirma el exceso de velocidad. El coche derribó la casi totalidad de la valla de seguridad de las obras que allí se realizan.

El automóvil salió rebotado y colisionó con su parte trasera contra la puerta de entrada al quiosco. El vehículo perdió una gran cantidad de aceite. Los testigos observaron como un hombre que vestía de blanco salió del coche y «recogió algo en la acera», dijo Victoria Bascoy.

Los testigos también aseguraron que un motorista, repartidor de una conocida marca de pizzas, llegó al lugar: «Se paró para ofrecerle ayuda al individuo, pero el conductor no le hizo caso, arrancó el coche y se escapó a toda velocidad hacia los nuevos ministerios», dijo.

En el lugar quedaron restos de los faros del coche que ya fueron recogidos por la policía para su reconstrucción, un trabajo que ya, supuestamente, dio sus frutos y que permitió conocer la marca del coche y su titular.

Espera por un cerrajero

La puerta quedó inutilizada. María Victoria Bascoy llegó a su puesto de trabajo a las cinco y veinte de la madrugada, «pero no pude entrar por que la puerta estaba doblada y enganchada», explicó. A la mujer no le quedó otra solución que llamar a un cerrajero. Éste llegó al lugar sobre las seis y media de la madrugada, «y lo único que pudo hacer fue desencajarla para permitirme la entrada y empezar a trabajar».

Victoria le ruega al Ayuntamiento que coloque bolardos en la zona. «Por aquí pasan a mucha velocidad y temo que vuelvan a chocar contra el quiosco y me cojan a mi dentro», dijo.