Bardos Cultural alerta de la inclinación del elemento de la iglesia. La entidad desvela también que han aparecido pinturas que podrían ser románicas
04 jun 2009 . Actualizado a las 11:02 h.La asociación Bardos Cultural continúa con su trabajo para revalorizar el patrimonio histórico de Oza y A Gaiteira, y acaba de comunicar al Sergas y a la Universidad coruñesa que la capilla de Oza tiene un problema: el campanario del templo situado en el acceso a la playa de Oza presenta una ligera inclinación y podría derrumbarse, con el consiguiente peligro para los viandantes.
El portavoz de la asociación, José Álvarez Temprano, apunta que el uso de la capilla está actualmente en manos de la Universidad, al encontrarse en el campus de Oza, y que ha solicitado una entrevista urgente con el vicerrector de Infraestructuras, Xosé Lois Martínez, para hablar sobre la situación del templo. Cree que debe corregirse el problema del campanario, datado en la segunda mitad del siglo XVII, y que Bardos y la Universidad pueden compartir iniciativas para darle un uso social y cultural a la iglesia.
Temprano acaba de recibir una comunicación del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la que se le informa de un reciente estudio arqueológico que data en 1777-1778 la construcción del cruceiro que existe en el atrio de la iglesia. «Es el más antiguo o uno de los más antiguos de la ciudad», destaca, al tiempo que pide un informe arqueológico completo de la capilla y de su entorno, por parte de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta.
La capilla de Oza fue edificada en la época románica, en los siglos XII y XIII, y fue reformada en el siglo XVII para incluirle la capilla de San Lorenzo, con lo que se le añadieron dos estancias laterales que modificaron su traza primitiva.
Rehabilitación
Tras épocas de esplendor y abandono, el inmueble fue rehabilitado hace una década, aunque permanece cerrado y sin uso, salvo excepciones muy concretas. Temprano pudo acceder a su interior esta semana, para comprobar el estado de su capilla mayor, que es su parte más antigua, y realizó otro descubrimiento: al haber desaparecido en algunas partes la capa de escayola del siglo XVII, quedaron al descubierto importantes trozos de pintura sobre las canterías originales, «que sin duda alguna deben corresponder a su origen románico».
Es por todo ello que considera necesario un estudio en profundidad para sacar a la luz el verdadero valor del inmueble y lograr que se reabra a la ciudadanía para los usos que se acuerden.