El CERN al alcance de todos

A CORUÑA

La física Mar Capeáns participó en «Coruñacern», un encuentro entre los jóvenes y la ciencia más avanzada

23 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Despertar curiosidades y, en la medida de lo posible, generar vocaciones. Esa es la intención con la que Margarita Cimadevila, directora del IES Urbano Lugrís, se lanzó a organizar la primera edición de Coruñacern, un encuentro entre jóvenes alumnos y científicos que se celebró ayer en el centro cívico de los Mallos. El objetivo, según la organizadora, quedó cumplido: «Fue un éxito. Los alumnos salieron contentísimos y creo que incluso aprendieron algo», bromea satisfecha Cimadevila, que asegura que ya está pensando en la segunda edición de este encuentro, «y en la tercera, y la cuarta...».

En esta jornada dedicada a la más avanzada ciencia participaron, además de Cimadevila, la matemática Susana Mataix y la física compostelana Mar Capeáns, que trabaja en el CERN, una institución -de nuevo de moda gracias a la película Ángeles y demonios, basada en una novela de Dan Brown- cuyo fin, según la científica explicó en declaraciones a Radio Voz, es «realizar ciencia básica sobre la física de partículas para intentar entender el universo». Para ello, cuenta con unas instalaciones que permiten «verificar con experimentos las teorías que se han ido desarrollando en los últimos 50 años, para entender desde lo más pequeño, como las partículas que conforman todo lo que nos rodea, hasta lo más grande, que sería cómo está organizado el universo».

Al margen de la polémica estéril sobre el gran colisionador de hadrones, cuya puesta en funcionamiento, según algunos, iba a terminar con el mundo tal y como lo conocemos, el CERN es para Capeáns el lugar perfecto donde terminar la formación de un científico: «Hay que insistir en que los jóvenes españoles, con su nivel de formación, pueden acceder a estas grandes instituciones, como el CERN, o la Agencia Espacial Europea». Con esta intención y un contagioso entusiasmo cuando habla de lo suyo, se presentó ayer la científica ante un joven auditorio, al que intentó abrir los ojos ante las posibilidades profesionales que ofrece la ciencia: «Es divertida como estudio y como profesión. Solo se necesita un grado de curiosidad mayor a la media y no tener miedo a enfrentarse a conceptos nuevos. Bueno, y saber inglés, si se quiere participar en proyectos internacionales», matiza.