Un profesor de Arquitectura propone la retirada de la estatua de la plaza de María Pita

A CORUÑA

20 may 2009 . Actualizado a las 12:09 h.

A la polémica por la estética y la utilidad de las terrazas de María Pita, ayer se sumó otro elemento de la plaza, la estatua de la heroína. «Retirarla inmediatamente y tirarla en un sitio donde no la encuentre nunca nadie» fue la propuesta del arquitecto Fernando Agrasar Quiroga cuando fue preguntado por la reforma prevista para este espacio.

Agrasar reconoció que, con la libertad que le da no tener ahora responsabilidades en el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), podía asegurar que este monumento supone un «despropósito iconográfico» y lo justificó porque la imagen muestra a «la heroína blandiendo la flecha frente al palacio municipal».

Todo el conjunto de la estatua, inaugurado hace once años, fue cuestionado por Agrasar, que criticó que se pusiera la palabra libertad junto a una antorcha que denominó como mortuoria. La situación del pebetero y el hecho de que se haya convertido en muchos casos en una zona en la que se acumulan desperdicios había sido ya cuestionada en otras ocasiones por distintas personalidades. Fernando Agrasar también consideró decimonónico el molde con que se realizó la representación de María Pita. «Es absurdo, como si en el siglo XIX se levantaran estatuas del XVIII», apostilló.

Terrazas

Este profesor de la Escola de Arquitectura, responsable desde 1999 hasta el 2007 de la Comisión de Cultura del COAG en A Coruña, también consideró que las terrazas tienen varios problemas y definió el estético como el «menor», aunque consideró que era un diseño poco afortunado, pero cargó más contra lo que consideró «una enajenación de espacio público para uso privado».

«El espacio de María Pita ha sido violentado de una manera innecesaria», consideró el arquitecto, que avanzó ayer lo que será la presentación hoy, a las ocho de la tarde, de su libro Introducción al conocimiento de la arquitectura. En el acto lo acompañó el presidente de la delegación coruñesa del Colexio de Arquitectos, Manuel de la Iglesia, que manifestó que lo que se espera de la clase política y las instituciones es «construir la ciudad que necesitamos en estos momentos».

Agrasar, que pretende con su nuevo libro acercar la arquitectura a la población ajena a esta disciplina, indicó que «existe un déficit cultural respecto a la arquitectura», explicó que no se debe confundir este arte con la construcción y dijo que una sociedad formada es más exigente. Además de hacer una defensa de la riqueza patrimonial y de que es necesario proyectar los espacios pensando en el uso ciudadano, aseguró que las edificaciones deben entenderse como una obra colectiva.