Galicia inspira a una maestra de caligrafía japonesa

Pablo Portabales Laureano López

A CORUÑA

23 abr 2009 . Actualizado a las 11:45 h.

Es otro mundo. Una manera distinta de entender la vida. Más de un centenar de personas, la mayoría alumnos de japonés, abarrotaron ayer por la tarde el hall de entrada de la Escuela Oficial de Idiomas de A Coruña para asistir a una exhibición de caligrafía tradicional japonesa (Shodo). Los asistentes bordearon un enorme papel que cubría el suelo y sobre el que Michiko Hamasaki, una maestra nipona que recorre el planeta con su fusión de arte y escritura, plasmó su particular idea de nuestra comunidad. «Estuvo toda la noche pensando y la inspiró algo que podría traducirse como aire verde Galicia», explican Mika y Chikako, profesoras del citado idioma en el centro educativo coruñés.

En apenas diez minutos, el improvisado lienzo se convirtió en una obra de arte caligráfica de difícil comprensión para los no introducidos en la cultura del país del sol naciente. Michiko utilizó varios pinceles, todos de tamaño superior a los normales, pero en especial uno que pesa siete kilos y que movió con gran energía mientras emitía unos sonidos que impactaron a los sorprendidos asistentes. «Es un tipo de arte que se sigue manteniendo en mi país y hay gente joven que lo practica. La primera en usar el Daijikigo [por el pincel gigante] fui yo hace unos 30 años», comenta la autora, que expuso su obra caligráfica en galerías de China, Singapur, Holanda, Francia o el Reino Unido, además de en su país de origen. El resultado de la inspiración gallega de la artista quedó plasmado en los tres tipos de escritura que conviven en su tierra entre la expectación general.

Hoy llevará a cabo otra demostración en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con motivo del Día del Libro dentro de una gira organizada por la embajada de Japón en España. «En la caligrafía se ve el estado de ánimo de una persona», sentencia Hamasaki.