La calle donde la fortuna toma café

A CORUÑA

Los juegos de azar dejaron más de 250.000 euros en el barrio de Elviña en los últimos años entre quinielas de fútbol, Lotería Nacional y cupones de la ONCE

13 ene 2009 . Actualizado a las 12:21 h.

Podría ser la calle coruñesa que ha recibido más millones por metro cuadrado. Varios negocios de Salvador de Madariaga fueron agraciados en los últimos años con premios de juegos de azar.

«Te voy a encargar que me compres la lotería durante los próximos ocho años», le dijo ayer una clienta a Roberto Vila, que ayer vio como su clientela se incrementó notablemente después de ser uno de los afortunados en el sorteo especial de la lotería celebrado el pasado sábado. El propietario del Bar Zas de Rey fue agraciado con el premio gordo del sorteo especial de la Lotería Nacional. Pero no era la primera que la suerte llamaba a su puerta. El 18 de mayo del 2000, poseía dos cupones ganadores de la ONCE. «Los cupones premiados estuvieron días aquí en el bote sin saber que me habían tocado, no fue hasta que vino a cambiarlos por los de la semana siguiente que nos dimos cuenta», cuenta Roberto que hoy, nueve años después todavía conserva la fotocopia del 20668, que le dio diez millones de las antiguas pesetas.

En aquella ocasión invirtió el premio en el local que hoy regenta, en la casa y en el coche. «Lo típico», indicó el pasado sábado cuando todavía habían pasado muy pocas horas desde que había vuelto a toparse con la suerte para saber qué destino que le daría a los millones en esta ocasión.

Otro punto de la zona que concentra uno de los índices más altos de fortuna es la esquina de la calle donde se ubica el Bar Alfil. Era el año 96 cuando Concha Becerra recibió un décimo de un secretario de Industria. En esa ocasión no tuvo suerte, pero a cambio Concha compró dos décimos, que fueron premiados con un sueldo mensual de cien mil pesetas durante dos años. «Aquel señor no sabía que mi mujer le había comprado un décimo, se lo dijo cuando ya había tocado», comenta Enrique. Este matrimonio obtuvo el premio gracias a que poseía el número posterior al premiado, pero el premio al número entero también se quedó cerca. «Le tocó al de la comisaría de policía que hace unos años estaba aquí, y a un bar de la zona», recuerda Concha.

Los hay que han decidido agruparse para ver si se contagian con la suerte. Hace cinco años que la clientela del ultramarinos Mejide decidió crear una peña para desafiar al azar. El balance es positivo. En dos años han sido agraciados con dos premios del cupón de la ONCE. «Siempre jugamos a los mismos números al 38503 y al 85157, siempre tocó el 7 pero yo tengo la impresión de que va a salir el 3», dice Milagros Seoane. Fijo que no se equivoca, pero de momento los 31 integrantes de la peña ya se han repartido más de sesenta mil euros. «Si miras entre todos los que lo repartimos no sale a mucho, pero bueno da para tapar agujeros». El padre de Óscar Núñez le gustaba tentar a la suerte semanalmente. El propietario de la churrería Núñez, situada en el número 8 de la calle, recuerda que hace diez años su padre fue agraciado con el pleno al quince de la quiniela de fútbol. «No recuerdo cuánto le tocó, pero no fue la única vez, en otra ocasión le habían tocado seiscientas mil pesetas y otra vez cinco o seis millones de pesetas de la Lotería Nacional», señaló Óscar Núñez.

Los millones no solo han aterrizado en los establecimientos de la zona, varios vecinos del barrio de Elviña han visto incrementar sus cuentas corrientes gracias al azar. «Parece la milla de oro», bromeaba ayer uno de los trabajadores del edificio de nuevos ministerios. «Hay varios vecinos que les ha tocado en varias ocasiones la lotería por la zona», apunta Concha Becerra, de la cafetería Alfil. Entre ellos, el barbero que hace unos años regentaba la peluquería situada en el número 8. En la actualidad, el local ha sido traspasado pero los empresarios de la zona todavía recuerdan que este vecino había sido agraciado en 1986 cuando el gordo de la Lotería Nacional dejó en A Coruña 42 millones de euros. Al igual que este negocio, varios trabajadores del edificio de Mapfre ubicado en la avenida de Alfonso Molina, a escasos metros de la calle Salvador de Madariaga, tenían participaciones del 56320, gracias a un trabajador de la refinería.