El vinilo retorna a las estanterías

A CORUÑA

En esta Navidad se está recuperando uno de los regalos más recurrentes del pasado: los elepés de vinilo. Su renacer se constata en las tiendas de discos de la ciudad

05 ene 2009 . Actualizado a las 11:40 h.

Un comprador avista sorprendido en la sección de discos de El Corte Inglés la edición en elepé de vinilo del Back to Black de Amy Winehouse. Decide comprarlo. Cuando la dependienta le cobra, busca una bolsa. La primera es pequeña. La segunda grande. «Antes las teníamos para vinilos», dice resignada. «Cada vez nos mandan más discos de vinilo, al final vamos a tener que recuperarlas». A la Winehouse le acompañan en los estantes las majestuosas portadas de lo último de Van Morrison u Oasis. Comparadas, convierten sus homónimas digitales en pequeños cromos.

En la Fnac, la cosa va más allá: el vinilo cuenta con apartado propio. Plagados de reediciones de clásicos y alguna novedad, su éxito ha sido una de las grandes sorpresas del centro. «Vemos como a los de siempre se ha unido un nuevo público que ha logrado que las ventas crezcan resucitando el interés de las grandes compañías discográficas por el formato», señala Xoan D. Trancho, responsable del área de discos que no duda en apuntar los valores del viejo formato: «El sonido, las portadas, la ceremonia de la aguja sobre el surco o el valor fetiche del objeto en sí atraen a nuevos compradores».

Sin embargo, el lugar natural del vinilo continúa estando en las cubetas de las tiendas especializadas. La más histórica de la ciudad, Portobello, dice que en un momento de crisis económica como el actual «no crecen las ventas de nada» y que, en su caso, el vinilo ha sido una seña de identidad, no algo reciente. «No notamos un aumento, porque aquí siempre se ha vendido», puntualiza Xaime Manso, su propietario, que se muestra crítico con el discurso de algunas grandes estrellas que lo fomentan: «Ahora ves a Bob Dylan y Neil Young decir que el vinilo es mejor. Pero lo deberían haber dicho hace 20 años, que es cuando se podía evitar el cambio a cedé, que ha sido nefasto. Ahora, claro, la industria lo ve y lo quiere recuperar».

Más joven es la Beasto Shop, dirigida por Alberto Lodeiros, que a su vez lleva las riendas del sello del mismo nombre, que cuenta con la particularidad de únicamente editar en vinilo. Con las ventas en la tienda sigue el mismo credo: «Se nota un incremento en los encargos y en que parece que el público se preocupa por buscar títulos que quieren tener en ese formato». Sostiene que el comprador de vinilo profundiza más en la música: «No generalizo, pero en un alto porcentaje creo que el comprador de cedé es más superficial».

Subida, pero con matices

Nonito Pereira, de discos Nonis, matiza el incremento de ventas en su mostrador: «Noto el aumento, pero en ningún caso es superior al descenso en ventas experimentado por el cedé». Para él existe algo de sentido común elemental: «Es el formato original en el que se editaron los grandes discos del siglo XX, incluidas las portadas, mientras que el cedé se ha convertido en un objeto de uso cotidiano en muchos casos ajeno a la música». Pese a todo, admite que en todo este renacimiento existe «algo de tendencia y fetichismo» que se traduce a veces en esnobismo: «A muchos les da igual el contenido, solo lo compran porque es algo que actualmente les resulta exótico».