Sustraen una figura mongola del siglo XVIII en el Kiosco Alfonso

Laureano López Francisco Espiñeira

A CORUÑA

06 nov 2008 . Actualizado a las 11:54 h.

Una pequeña escultura de apenas 13,5 centímetros de alto, que representa a una de las deidades de las tradiciones religiosas de Mongolia, Vajrapani, fue sustraída el pasado martes de la exposición que sobre el país asiático se celebra en el Kiosco Alfonso con el patrocinio de La Caixa. La pieza robada, del siglo XVIII, pertenece al Museo de Bellas Artes de Zanabazar, de Ulan Bator, capital de Mongolia. La muestra, que fue inaugurada el 2 de octubre, iba a ser clausurada el próximo domingo.

Los responsables del centro cultural coruñés se percataron de la desaparición de la pieza el pasado martes, cuando comprobaron que no estaba en su ubicación, en el interior de una cabaña que reproducía un hogar típico de la tradición mongol.

«Era una de las tres únicas piezas que no estaba protegida por una vitrina», explicó ayer el responsable del Kiosco Alfonso, Jaime Oiza. Según las primeras pesquisas, el autor del robo aprovechó un momento en el que había poco público para introducirse en la tienda de campaña situada en el primer piso de la sala municipal, apoderarse de la escultura de bronce dorado y salir del edificio.

Miembros del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al recinto para investigar la sustracción y tomar huellas. Los agentes intentan localizar al ladrón para recuperar la pieza. El valor de la imagen Vajrapani, el dios con el vajra no ha sido concretado, pero pertenece al patrimonio nacional de Mongolia.

La deidad forma parte de una exposición que cuenta con más de un centenar de elementos cedidos por distintos museos del país asiático para dar a conocer su tradición cultural. De entre las piezas que conforman la muestra, destaca una auténtica ger , que está considerada como el principal símbolo del nomadismo mongol. También sobresale el cuadro Un día en Mongolia , una obra de Baldu Sharav (1869-1939) situado en la entrada del Kiosco Alfonso, que da nombre a la muestra y en la que se da cuenta de la dureza de la vida cotidiana de los ganaderos con un realismo no exento de ironía. También están muy presentes los tres grandes juegos (lucha libre, tiro con arco y carrera de caballos) o los cinco animales (camello, caballo, vaca, cabra y cordero), que son la base de la actividad económica de los mongoles, porque les proporcionan todo lo necesario para vivir, como carne, piel, lana, fieltro y combustible.

La religión, desde el chamanismo al budismo, con pinturas, esculturas y máscaras rituales, y la indumentaria de este pueblo son los aspectos que destaca la exposición.

La muestra que permanece abierta en el Kiosco ha recorrido ciudades como Valencia, Santander y Córdoba y tiene como penúltima estación A Coruña antes de regresar a Mongolia.