Mañana se cumplirán 50 años de la inauguración de las actuales instalaciones de la Fábrica de Armas coruñesa en Pedralonga (Palavea), que viven un momento crucial para su futuro en la ciudad. La ceremonia de apertura se desarrolló el 6 de septiembre de 1958 y fue oficiada por el entonces jefe de estado, Francisco Franco, que estuvo acompañado de un amplio elenco de los ministros de la época. Concretamente asistieron el ministro del Ejército, teniente general Barroso; así como los de Gobernación, general Alonso Vega; Marina, almirante Abarzuza; Obras Públicas, general Vigón, y el de Trabajo, Sanz Orrio.
Con ello, se materializaba el proyecto confeccionado por la Comandancia de Obras y Fortificaciones en 1947, para el que el Ayuntamiento cedió los terrenos. Así se concentró toda la producción que anteriormente se realizó en diferentes emplazamientos, como el actual edificio de Correos, los grupos escolares de los colegios Eusebio da Guarda y Curros Enríquez o el grupo de talleres de la Torre.
Los trabajos de construcción se iniciaron el 27 de julio de 1949 y corrieron a cargo del Servicio Militar de Construcciones. Ya en 1955, se inició la instalación del primer taller, que empezó a trabajar en su nuevo emplazamiento en junio de 1956.
Un año después se trasladó allí la dirección, así como los servicios administrativos. La factoría constaría de ocho grandes naves. La fábrica se dedicó a la construcción de armamento portátil de repetición, mosquetones, subfusiles y pistolas de señales.
El número de trabajadores con los que contaba la factoría cuando se materializó el traslado la plantilla superaba el millar, concretamente 1.241 personas. Se trata de un personal que se formaba profesionalmente en su totalidad en la propia fábrica coruñesa. El trabajo se realizaba en serie y la conservación de la maquinaria se efectuaban en las mismas naves.