Son poco más de las diez de la mañana y un grupo de chavales se apiñan nerviosos en el pantalán de Marina Seca, en Oza. Son el grupo que esta semana participa en el programa Esfuerza, organizado por la Fundación María José Jove.
Uno de esos chicos es Lucas. Un niño que gracias a la fundación descubrió este año el mundo de la vela. Lucas tiene autismo. Marcos Fernández, responsable del proyecto, lo mira desde el muelle y asegura que «desde que Lucas comenzó las actividades ha mejorado muchísimo, ahora incluso navega solo. Comenzó este año y ahora, en verano, ha vuelto para hacer otro curso».
Marcos Fernández explica que Esfuerza quiere promocionar la actividad para personas con discapacidad, tanto física como psíquica. Mientras tanto, Lucas no deja de mirar las embarcaciones de vela que la fundación ha adaptado para que estos chicos puedan usarlas sin ningún tipo de riesgo. Pero no, ahora a Lucas y sus compañeros no les toca subirse a las barcos, sino a las piraguas, y es que el programa incluye también esta actividad.
Poco después llega al pantalán otro grupo de chavales, todos cargados con velas, timones... Estos son los participantes en el programa Enrolados. Muchachos que gracias a la fundación están conociendo el patrimonio biológico marino de Galicia y, al tiempo, disfrutan navegando a vela.
Samuel tiene ocho años y carga con un remo casi más alto que él mientras explica que hoy cruzarán la ría navegando hasta la playa de Espiñeiro, en Mera. Allí descubrirán la riqueza biológica de la costa de Seixo Branco. Diversión y conocimiento. Ese es el objetivo.
Samuel, mientras baja al pantalán todavía con su remo a cuestas, cuenta que «ayer casi nos hundimos. Faltó muy poco». Samuel exagera mucho. Marcos Fernández explica que los barcos están especialmente diseñados para que eso sea casi imposible: «La orza es estrechita y profunda con un contrapeso de 100 kilos que los hace muy estables. Es imposible que vuelquen». Lo mismo ocurre con las piraguas, que están unidas de dos en dos a modo de catamarán: «Un hombre podría mantenerse de pie sobre una de ellas sin que volcase», explica Martínez.
Los grupos son tanto semanales como mensuales. Los primeros son de lunes a viernes, desde las diez de la mañana hasta las seis de la tarde, dirigidos a chavales que empiezan en el mundo de la vela. Los mensuales son para niños que ya tienen experiencia, pero que durante el verano quieren continuar con la actividad.
El grupo de Lucas, el de los chicos con problemas físicos o psíquicos, está compuesto por niños con autismo, con síndrome de Down... y todos, aseguran los responsables del programa, «mejoran muchísimo. Lucas, por ejemplo, tenía muchos problemas con su capacidad de atención, no era capaz de centrarse. Ahora -añade Martínez-, sabe de dónde viene el viento y maneja el barco con soltura».