El Prisma de Cristal apura sus obras para ser museo nacional

A CORUÑA

15 nov 2007 . Actualizado a las 21:16 h.

El sábado la ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, visitará el Prisma de Cristal, el edificio que la Diputación cederá para que allí se instale el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología. Este periódico tuvo la oportunidad de visitar el complejo interior de este edificio que está llamado a convertirse en una referencia arquitectónica de la ciudad, mientras se ultiman las obras.

Inicialmente estaba diseñado para albergar el Centro de Arte, y ahora los inmensos espacios con los que cuenta serán adaptados a los requisitos que imponga el Ministerio de Educación. La estructura interna está dividida en dos bloques independientes pero entrelazados. Esta repartición puede apreciarse desde el exterior del edificio. Se diferencian los dos módulos por el tipo cristal que los reviste, uno rugoso y otro liso, integrándose, como si de un cubo de Rubik se tratase, una estructura en la otra y permitiendo así un aprovechamiento máximo del espacio, ya que no hay pasillo ni vestíbulo que los separe.

A cada bloque se accede por un lado distinto del cubo. El principal tiene su entrada en la avenida de Labañou. Son cinco pisos -el vestíbulo con suelo de pizarra y el resto de resina negra antideslizante- en los que predomina la luz natural, tamizada, conformando sus paredes exteriores una infinidad de paneles de vidrio estriado, algunos en horizontal y otros en vertical, lo que produce un juego de irisaciones que oscilan entre el naranja y el blanco, dependiendo de la posición del sol. La estructura interna es de hormigón y conforma un juego de balcones que conectan visualmente unas salas con otras.

En el techo unos rodillos de felpa rojos, naranjas, amarillos y negros ayudan a amortiguar la acústica y envuelven un sistema de grúas que, mediante unos raíles, permiten trasladar directamente desde el sótano grandes estructuras hasta cualquiera de las salas, aprovechando los espacios diáfanos.

El segundo edificio tiene su entrada por el lateral del colegio Calvo Sotelo, aunque se comunica con el primero a través de la planta baja. Está encajado dentro del otro, y las salas de este son de menor tamaño, más cerradas, y se reparten en tres pisos intercalados entre los del bloque principal.