Una aldea en plena ronda de Outeiro que cumple 50 años

Pablo Portabales pablo.portabales@radiovoz.com

A CORUÑA

19 sep 2007 . Actualizado a las 12:24 h.

En las casas de Os Mariñeiros. Hay dos bares y una tienda de comestibles en la que su propietario, José López , Pepe , se las arregla para vender de todo, desde fruta hasta bombillas. Todos los vecinos se conocen por un apodo y en la plaza principal reina el silencio. ¿Una aldea del interior de Galicia? No, me refiero al barrio que conforman las 213 viviendas de Os Mariñeiros, a apenas 20 metros de la ronda de Outeiro. Hoy, 18 de septiembre, se cumplen 50 años desde que Franco entregó las llaves de los pisos construidos por el Instituto Social de la Marina, aunque no hay ninguna placa que lo recuerde porque la que había la quitaron por su simbología franquista. En la antigua escuela, ahora coqueto centro cívico, se conserva un precioso mural de Labra en el que figura el año de su realización, 1957. Ayer me acerqué por esta zona de la ciudad, a la que muchos conocen como grupo de pescadores, que está cerca y a la vez lejos. Creo que un tanto por ciento muy elevado de coruñeses jamás se dio una vuelta por aquí. «Es que es como un pueblo pequeño, sólo hay una entrada y una salida y, además, con la eterna obra del párking, estamos todavía más bloqueados», apunta Quique Valcárcel , presidente de la asociación vecinal Peruleiro Mariñeiros, que estos días organiza distintas actividades para conmemorar el medio siglo de vida de la última aldea que resiste en A Coruña capital.

El viernes habrá hinchables para los niños y, para los jóvenes, actuará el grupo Ekilibrio. «Es con ka», precisa Luis Suárez , que dirige el gimnasio que ocupa una parte del centro cívico en donde practican deporte, en concreto boxeo, unos 40 chavales del barrio, entre ellos Josito l a Bomba Pardo , de tan solo 17 años. Son la cara joven de un barrio donde abundan las personas mayores. «Hay mucha viuda porque los pisos fueron para gente del mar y por desgracia fallecieron bastantes», explica Ana Rodríguez , vicepresidenta del colectivo vecinal. Aquellos marineros de bajura que poblaron las viviendas hace 50 años están todos jubilados. El que más tiempo tardó en bajarse del barco fue Manuel Varela Pardo , Lecho , el último mariñeiro de Os Mariñeiros. «Hace cuatro años que me jubilé. Íbamos al congrio, al pulpo, como toda la gente de aquí», recuerda este hombre que vivió en las casas desde el primer día. «Mis padres pagaban 100 pesetas al mes, porque eran en régimen de alquiler y, años más tarde, pasaron a ser propiedad por unas 35.000 pesetas», rememora. María , Maruja , Concepción Ferreiro es otra de las veteranas. «Todo está casi igual que hace 50 años aunque el suelo de la plaza antes era de tierra», dice esta entrañable mujer de 84 años.

Les decía al principio que en la zona hay dos bares, O Peixiño y el Hogar del Pescador, una tasca-restaurante con solera en cuya tarjeta indican que sirven vinos y mariscos. Los dueños son Lolo García, Pelos , que a su vez es el presidente del equipo de fútbol, El Batallador, y Asunción Varela , Chona , que se encarga de los fogones. «E de fregar», matiza en plan reivindicativo. El barrio también cuenta con un club de chave, como se esmera de apuntarme Pepe Rivas , directivo del club que preside Gelín Moncada . Llevo una hora entre las casas bajas del grupo de pescadores y tengo la sensación que no estoy en A Coruña. Allá a lo lejos se aprecian las obras de la tercera ronda. «La zona va a cambiar mucho cuando hagan el centro cívico Ágora, construyan el polígono de viviendas de san Pedro de Visma y terminen el aparcamiento subterráneo», precisa el presidente de la asociación vecinal. Ahí tienen a algunos de los vecinos de esta singular aldea urbana. El sábado por la noche completarán el programa de fiestas del dorado aniversario con una verbena y el domingo celebrarán una misa de campaña en la plaza. «Pon, por favor, que el Ayuntamiento nos haga más caso», dice una mujer que pasa a mi lado. Es la hora de comer. Dejo el pueblo y, en unos segundos, me incorporo al tráfico a la ronda de Outeiro.