La tupida trama de la Orquesta

Eduardo Eiroa Millares
e. eiroa CEE / LA VOZ

CARBALLO

Ya son 27 las personas vinculadas de algún modo con la operación contra la corrupción

24 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A pocos días de que se cumplan tres meses de la intervención de los ayuntamientos de Cee, Fisterra y Mazaricos en la conocida como operación Orquesta, la investigación judicial se ha convertido en una maraña confusa en la que ya son 27 personas las imputadas o acusadas, sumando la actuación contra el narcotráfico de la que partió y los casos vinculados a presunta corrupción.

La compleja trama se compone, en realidad, de tres partes, todas ellas con un nexo común, Jorge López Lago, pero con diferentes características.

Todo el proceso se inició con la persecución de un presunto narcotraficante de Muxía, Emiliano Bermúdez, quien finalmente no cayó en la actuación policial. Sí lo hicieron Jorge López, David Rey Pequeño y Juan Pereira. Ahí se cierra la investigación por narcotráfico.

Mercado Medieval

De López Lago, representante de orquestas, sale una segunda investigación, la vinculada a Carlos Rey, organizador del Mercado Medieval de Corcubión. Rey y Lago mantuvieron varios contactos intervenidos por la Policía Nacional y que justificarían después, para el juez, el pinchazo del teléfono de Rey. Su búsqueda de subvenciones para el mercado derivó en la constitución de asociaciones ad hoc para lograr fondos y en la presunta confección de facturas a la carta para optar a las máximas ayudas, contando para ello con la colaboración de funcionarios de la Consellería de Cultura. Esa rama del caso afecta también al PP de Corcubión, ya que en las intervenciones telefónicas se deja ver cómo se presiona para lograr fondos a cambio de votos para el partido. La trama afecta a la Xunta de refilón, ya que al menos tres funcionarios orientarían a los solicitantes a conseguir subvenciones presuntamente al margen de la ley.

Obras y comisiones

La parte más grave de la trama -donde se concentran las imputaciones- parte también de López Lago por dos vías. En primer lugar, por su contacto con Ramón Vigo, el alcalde de Cee, quien suma seis imputaciones. López y Vigo actuarían juntos en un presunto caso de falsificación de facturas para lograr fondos para las fiestas de Cee. La gestión del dinero desde el Ayuntamiento para los gastos de A Xunqueira mediante una caja B marca también el caso.

López abre también la siguiente vía de la operación por su relación con Daniel Ogando, constructor de Muxía. El primero actuaría de mediador, cobrando, ante el segundo para permitir que la empresa lograse obras públicas en Cee, caso que implicaría tanto al alcalde, por un supuesto pago de comisiones de hasta el 5% según se desprende de las conversaciones grabadas, como a varios funcionarios y a su jefa de gabinete.

Finalmente, Ogando se convierte en el hilo conductor de la operación. Investigado por el caso de Cee, la Policía Nacional descubre como su red se amplía a otros municipios, en concreto a Mazaricos y Fisterra, donde de nuevo se aprecian adjudicaciones irregulares a cambio de favores. En el caso de Mazaricos, un pago en metálico para sufragar unas fiestas.

El 2 de mayo declaran en los juzgados los últimos implicados de Mazaricos y Fisterra, el teniente de alcalde y el arquitecto municipal del primero de los municipios y el secretario y el arquitecto del segundo.

Ogando y su aparejador, Miguel Ángel Rodríguez López, tienen decenas de llamadas intervenidas de las que se desprenden, para la Policía Nacional, sin dudas, manejos ilegales para lograr obras.