Los expedientes de contratación guardan a duras penas las apariencias

La Voz

CARBALLO

10 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los proceso de contratación que aparecen en el expediente judicial guardan a duras penas las apariencias de legalidad.

La mayor parte de las obras adjudicadas en el caso se sacaron mediante procedimiento negociado sin publicidad. Implica cursar invitaciones a tres empresas para que pujen por una obra. Ogando se encargaba de presentar la suya y las de las otras dos, y ni siquiera variaban los nombres en los diferentes concursos. Casal y Tuñas en Mazaricos y Casal y Tuñas en Cee.

En una conversación con Orlando González, el arquitecto de Mazaricos, se habla de poner en unas ofertas un céntimo menos que en las otras, lo que bastaría para lograr la puntuación deseada. En otra se habla, a ojo, de que sea un 0,5% más o un 0,5% menos.

Presupuesto sin fondos

El alcalde de Mazaricos habla con naturalidad con el constructor de hacer obras con él que aún no han salido a concurso y en el caso de Cee, existen conversaciones en las que están presupuestadas por determinadas empresas inversiones que van a realizar y para las que no solo no ha habido todavía concurso, sino que ni siguiera hay fondos porque no han llegado de la Administración correspondiente.

Las palabras de Jorge López, por otra parte, están cuajando casi todo el sumario. Lo mismo consigue entradas de Sabina que pide jaimas con Ogando protestando por el precio o su ofrece a mediar en un Ayuntamiento para que la constructora haga un campo de fútbol.

En otra conversación se evidencia que la buena relación que algunos atribuían a Vigo con David Rey no existe. «Lo tiene cruzado», dicen por teléfono. Relacionando ese asunto con un impago de unas fiestas organizadas por Rey y que le costaron al alcalde pasar por los juzgados como representante del Ayuntamiento, responsable civil subsidiario, por no haber abonado Rey las deudas y endosárselas al Ayuntamiento.

En otra charla queda claro que Vigo puede hacer «todo lo que sea por mi parte», afirmando que hay cosas que no puede hacer, «cosas que tenga que firmar la interventora o el aparejador, que ya sabes como son», le dice el alcalde a otra persona por teléfono.