El nacimiento de una impactante tipología de vivienda industrial

Eduardo Eiroa Millares
eduardo eiroa CEE / LA VOZ

CARBALLO

Las naves con casa encima son un extraño invento que abunda en la Costa da Morte

06 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Para el que no esté acostumbrado a verlas, toparse de pronto con una de ellas puede suponer un inquietante motivo de angustia. La mente no lo tiene fácil para discernir qué es eso que tiene delante. ¿Una nave industrial? ¿Una casa? Las dos cosas a la vez en una curiosa amalgama que puede suponer un riesgo para la salud de cualquier urbanista o arquitecto que padezca del corazón.

Las hay por toda la Costa da Morte, pero su presencia destaca más en municipios donde la anarquía constructora funcionó durante más tiempo. En Camariñas es fácil localizar tres, todas ellas a pocos kilómetros de distancia, en torno al núcleo de A Ponte do Porto. Alguna de ellas encarna el prototipo de la nueva tipología: nave industrial en bloque de hormigón con chalé encima pintado y ornamentado como si la cosa no fuera con él. Parece que las casas han sido trasplantadas de su terreno y depositadas con una grúa sobre las naves. Un método eficaz, sin duda, para ahorrar suelo y acercar a la vivienda el lugar de trabajo.

Diferentes modelos

En la comarca existen diferente variaciones de la misma tipología. Abundan las más discretas, aquellas que, vistas de frente, presentan un aspecto normal, con el negocio abajo y la casa del propietario en la planta superior, pero que vistas desde un lateral evidencian la enormidad del fondo del bajo. Esas, en muchos casos, presentan soluciones estéticas unitarias y se puede pasar de largo sin volver la vista.

Las más impactantes son aquellas en las que las dimensiones de la nave nada tienen que ver, en ninguna de sus fachadas, con lo que se les ha puesto encima.

También en ese caso hay soluciones más inspiradas. Algunos han optado al menos por darle el mismo color a los dos edificios, consiguiendo una forzada unidad que no logra que el invento pase desapercibido, pero que algo amortigua.

Finalmente están las que rompen con todos los criterios y simplemente unen la nave de bloque con el chalé sin que entre ambos edificios exista conexión alguna. Ni la misma línea de fachada ni ningún otro criterio para armonizar los dos elementos.

Son el clásico ejemplo de feísmo que tan difundido está en la comarca. No significa que ninguno de los edificios existentes con esas características sean ilegales.

La Ley del Suelo de Galicia (Louga) impone, al menos desde el año 2002, unos criterios estéticos mínimos y exige que cualquier edificación se adapte al medio ambiente en el que se encuentra. Teóricamente las naves-casa no pasarían ese filtro, pero también es cierto que sí lo han hecho muchas de las urbanizaciones que hoy pueblan la costa sin que se sepa en qué se adaptan al medio.

De la corte al taller

Algunos vinculan esas construcciones con la viejas cortes de las vacas situadas bajo las viviendas para dar calor. El negocio fue cambiando y las vacas dieron paso a los talleres, las naves de congelados y otras empresas que nada tienen que ver con el poder calorífico.

El urbanista Juan Creus considera que quienes las han construido lo han hecho atendiendo a una necesidad y que ellos han resuelto así su problema. A quien hay que mirar, indica, no es a los dueños, sino a quienes han permitido que se lleven a cabo cosas así sin poner un freno o una regulación.

Muchos de los edificios construidos no son ilegales. La mayor parte está en carreteras, fuera de los núcleos, y fueron levantados en épocas en las que no existía normativa alguna que pusiera freno. Con todo, los técnicos municipales no se explican bien cómo pueden estar clasificados. ¿Cómo vivienda? ¿Cómo industria?

Parece que las casas han sido trasplantadas y llevadas con una grúa sobre la nave

Algunos vinculan ese tipo a las cortes de las vacas situadas bajo las viviendas